sábado, 25 de febrero de 2017

EL LIBRO DEL SÁBADO. Archipiélago Gulag. Alekxandr Solzhenitsin.

El Universo tiene tantos centros como seres vivientes. Cada uno de nosotros es el centro de un mundo, y el Universo se resquebraja cuando le mascullan a uno: «Queda usted detenido». Y cuando queda usted detenido, ¿podrá verdaderamente permanecer algo en pie ante este terremoto? Con el cerebro embotado, incapaces de comprender estas deformaciones tectónicas del Universo, en ese momento, tanto los más agudos como los más lerdos sólo son capaces de extraer, de toda su experiencia, un: ¿¿Yo?? ¿¡¿Por qué?!? pregunta que antes de nosotros

Tomado de wikipedia

Escrito entre 1958 y 1967 en la más completa clandestinidad, el primer boceto de la obra fue descubierto por el KGB en septiembre de 1973. En 1974 se publicó en Occidente, y hasta 1990 no pudo leerse en la URSS.
El nombre de la obra, Archipiélago Gulag, se refiere a la red de campos de internamiento y de castigo soviéticos donde fueron recluidos millones de personas durante la segunda mitad del siglo XX, iniciados en tiempos de Lenin y sofisticados hasta la náusea por Stalin.
El libro es verdaderamente demoledor. Más como una larga crónica o informe que una verdadera novela, el autor parte de sus duras experiencias que iría  ampliando por medio de una abundantisima documentación para hacer un exhaustivo estudio de la represión interior en el mundo soviético que se mueve entre lo enciclopédico, el sarcasmo, la rabia, la conmiseración o el análisis.


Para ello analiza múltiples aspectos de este horror como los progresivos cambios de legislación sobre el delito político, los interrogatorios, el clima  de sospecha generalizada, la evolución del control político desde la revolución hasta la apoteosis stalinista, la vida en los gulags, las fugas más sonadas ... (realizamos aquí una recopilación de textos para los alumnos de 4º de ESO)

Tomado de wikipedia

Una lectura imprescindible para comprender que el horror no sólo fue patrimonio nazi y perfecto aviso a navegantes sobre los peligros de las grandes dictaduras.

Según la admitida interpretación demo-liberal (y ya no digamos socialista), toda la historia de Rusia es una sucesión de tiranías. Tiranía de los tártaros. Tiranía de los príncipes moscovitas. Cinco siglos de despotismo nacional de tipo oriental y de consolidada esclavitud abierta (ni Asambleas de la Tierra,[gq] ni «mir» campesino,[gr] ni libertades cosacas o campesinas en el Norte). Sean Iván el Terrible, o Alexis el Taimado, o Pedro el Cruel, o Catalina la Aterciopelada, hasta la guerra de Crimea todos los zares sólo supieron hacer una cosa: aplastar. Aplastar a sus súbditos como cucarachas, como gusanos. ¿Confinados a presidio? Pues le marcaban lisa y llanamente en el cuerpo, con un hierro de alfileres, las letras «CK»[gs] y lo encadenaban a su carretilla. El régimen doblegaba a sus súbditos, era solidísimo. Las revueltas y levantamientos se aplastaban invariablemente.


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