Como si la modernidad ya no lo permitiera, esta historia de Iris Murdorch es un perfecto ejemplo de en qué se han convertido las grandes historias (y pasiones) decimonónicas casi en algo ridículo, siempre escaso en sus cortos vuelos.
El heptágono que componen este puñado de personajes entre los que abundan los escritores (dos), las esposas insatisfechas (una), las divorciadas alegres (otra), las hermanas locas (con una suficiente tras su ruptura), los hermanos-cuñados (uno) o las jóvenes arrebatadoras, se interrelacionan sin pausa para darnos todos los aspectos de las relaciones amorosas, como si fuera un diccionario (deshojado) para jóvenes (y maduros) aprendices.
Pasamos así de amores impetuosos pero otoñales a otros en pura crisis o a la propia creación del amor con 38 años de diferencia . Una colección de nadas (pues en eso acaban todos los intentos) en donde los personajes llegan a ofrecernos lo peor de cada una de sus caras, esa vista oscura que todos tenemos e intentamos esconder a toda costa.
Todo eso y una poderosa fuerza para narrar es esta novela de Iris Murdoch que atrapa desde la primera página y destroza todas las posibilidades imaginadas en sus últimas veinte.
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