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miércoles, 30 de abril de 2025

Tecnofeudalismo. El nuevo mundo tras las redes sociales

Se les enseña implícitamente a verse a sí mismos como una marca, pero ésta será juzgada por su apariencia de autenticidad.

(...)

(Y eso incluye a posibles empleadores: «Nadie me ofrecerá un trabajo hasta que haya descubierto mi verdadero yo», me dijo una vez un licenciado.) 

Así, antes de publicar una imagen, subir un vídeo, reseñar una película o compartir una fotografía o un mensaje, deben considerar a quiénes complacerán o disgustarán con su elección. De alguna manera, tienen que averiguar cuál de sus «verdaderos yoes» potenciales resultará más atractivo para los demás, contrastando siempre sus opiniones con lo que creen que podría ser el parecer medio entre los creadores de opinión online.

Todas las experiencias pueden captarse y compartirse, por lo que les consume continuamente la duda de si hacerlo o no. Incluso aunque no exista ninguna posibilidad de compartir la experiencia, esa posibilidad puede imaginarse con facilidad, y así se hará. Cada elección, contemplada o no, se convierte en un acto de construcción de la identidad. 

No es necesario ser un crítico radical de nuestra sociedad para darse cuenta de que el derecho a tener cada día algo de tiempo en el que uno no esté en venta casi ha desaparecido. La ironía es que quienes acabaron con el individuo liberal no fueron los camisas pardas fascistas ni los guardias estalinistas. Murió cuando una nueva forma de capital empezó a enseñar a los jóvenes a hacer lo más liberal del mundo: ¡ser tú mismo!

(...)

Este individualismo posesivo siempre ha sido perjudicial para la salud mental. El tecnofeudalismo empeoró infinitamente la situación cuando derribó el cerco que proporcionaba al individuo liberal un refugio frente al mercado. 

El capital en la nube ha descompuesto al individuo en fragmentos de datos, una identidad compuesta de elecciones expresadas por clics que sus algoritmos son capaces de manipular. Ha producido individuos que, más que ser posesivos, están poseídos, personas incapaces de ser dueñas de sí mismas. Al apropiarse de nuestra atención, ha disminuido nuestra capacidad de concentración. No hemos perdido la voluntad. No, nos han robado la concentración.

 Y como se sabe que los algoritmos del tecnofeudalismo refuerzan el patriarcado, los estereotipos y las opresiones preexistentes, los más vulnerables —las niñas, los enfermos mentales, los marginados y también los pobres— son quienes más sufren las consecuencias. Si algo nos ha enseñado el fascismo es nuestra tendencia a demonizar estereotipos y la horrible atracción que despiertan en nosotros emociones como la rectitud, el miedo, la envidia y el odio. 

En nuestro mundo tecnofeudal, internet acerca al «otro», temido y odiado, nos enfrenta directamente a él. Y como la violencia online parece incruenta y anodina, somos más propensos a responder a este «otro» online con ira, provocaciones y un lenguaje inhumano. 

La intolerancia es la compensación emocional del tecnofeudalismo por las frustraciones y las ansiedades que experimentamos en relación con la identidad y la atención. Los moderadores de comentarios y la regulación del discurso de odio no pueden parar esto, porque es algo intrínseco al capital en la nube, cuyos algoritmos optimizan las rentas de la nube, que surgen más abundantemente del odio y la insatisfacción.

Tecnofeudalismo (Yanis Varoufakis)

domingo, 27 de abril de 2025

La muerte de Plinio el viejo en Herculano















Y entonces la explosión lo alcanzó. Le reventó los tímpanos, le abrasó el cabello, le arrancó la ropa y las sandalias, lo volteó y lo estampó contra una pared. Murió en el instante en que el soplo volcánico alcanzaba los baños y se desataba por las ventanas abiertas, asfixiando a su esposa que, obedeciendo sus órdenes hasta el último instante, se había quedado en el caldarium. 

Atrapó a su hijo, que se había marchado e intentaba alcanzar el templo de Isis. Levantó en el aire y acabó con el secretario y el portero, Scutario y Massavo, que corrían por la calle hacia la puerta Stabiasna. 

Pasó sobre el burdel, adonde su propietario, Africano, había vuelto para recuperar su dinero y donde Zmyrna se escondía bajo la cama de Exomnio. Mató a Brebix, que se había ido a la escuela de gladiadores al comienzo de la erupción para estar con sus antiguos camaradas; y a Musa y a Corvino, que, confiando en que podría protegerlos, habían decidido quedarse con él. Incluso mató al fiel Polites, que se había refugiado en el puerto y había regresado a la ciudad para intentar ayudar a Corelia. 

Mató a más de dos mil personas en menos de un minuto y dejó sus cuerpos transfigurados en una serie de grotescas estampas para que la posteridad pudiera contemplarlas boquiabierta.


Pompeya (Robert Harris)


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sábado, 26 de abril de 2025

El libro del sábado. Elogio a la madrastra. Vargas Llosa

Desde sus principios, Vargas Llosa ha tenido dos temas recurrentes: uno es el poder y sus excesos y el otro el sexo como la forma de vida más allá de lo cotidiano.

En este caso es el sexo el único ingrediente de esta novela que parecería casi decimonónica en sus formas y profundamente trasgresora a la vez, como su querida Madame Bobary.
Don Rigoberto, un anciano meticuloso que se enfrenta a la muerte y la edad por medio de unas rutinas higiénicas que llegan hasta la extenuación; la madrastra que pretende tener una vida burguesa y excitante a través de la fantasía de su marido y termina siendo poseída por la ingenua maldad de su pequeño hijastro, que la terminará por desposeerla de todo.
Higiene y sexo como contrarios, y aún más que el sexo, el deseo sexual, la capacidad que tienen la personas de imaginar lo que luego sucede, a veces de forma tan sumamente patética o simple (y letalmente) cotidiana.
Pues en realidad es una obra que habla de los sueños que todos tenemos por dentro que nos impulsan como un motor secreto
Un libro voluptuoso como la que habría escrito Flaubert si hubiera vivido a mitad del siglo XX, escandaloso tanto en lo moral como en los adjetivos, pero aún más en los propios personajes, incluso el propio hijastro. como el lector conocerá en las últimas páginas.
Entrelazado en esta historia el autor juega introducir relatos basados en pinturas famosas que exploran nuevas formas de sexualidad y de deseo  (Candaules de Jacob JordaensDiana después de su baño de François BoucherVenus con el Amor y la Música de Tiziano VecellioCabeza I de Francis Bacon, Camino de Mendieta 10 de Fernando de Szyszlo y La anunciación de Fra Angélico)





















Su lectura es morosa, fantásticamente viscosa, llena de poesía altamente inflamable que yo una vez llegué a convertir en cierta.







viernes, 25 de abril de 2025

Tecnología y futuro

Bifurcación en la que nuestro camino nos llevará, o bien a un mundo que se parecerá al de Star Trek, en el que las máquinas contribuyen a que seamos mejores, o bien a una distopía como la de Matrix, en la que los humanos son un mero combustible que alimenta un imperio de máquinas.

Tecnofeudalismo (Yanis Varoufakis)


miércoles, 23 de abril de 2025

SÓCRATES. Joann Sfar y C. Blain


 Sócrates es un perro bastante particular. Habla y, además, es un filósofo en ciernes que se replantea la realidad, sacando curiosas conclusiones.

Sócrates es el perro de Heracles, aunque luego tendrá otros dueños, como Ulises, el Cíclope o el propio Edipo, y con ello recorrerá la Hélade, correrá aventuras y dará la vuelta a los grandes mitos clásicos.

Pues Sócrates tiene un peculiar sentido del humor que le permite juzgar las cosas de una manera muy particular, quitándoles las más caras a los héroes para convertirlos en quejosamente mujeriegos (como Hércules), caprichosos y aburridos de sus epopéyicos destinos (como Ulises) o menos monstruosos de lo que creíamos y mucho más sensibles y artísticos (como el cíclope Polifemo).

Se crea así una disparatada historia (que tienen una clara lógica interna) que nos habla de temas actuales (el amor y la guerra, los sentimientos y los deseos) para el lector actual al que se le convierte en una especie de Pepito Grillo (perruno)



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lunes, 21 de abril de 2025

Cosas de Romanos. Los club de jóvenes pijos

Sabemos que existían colegios de jóvenes (iuvenus) autorizados por la ley. En Italia y en las provincias más romanizadas se desarrollarán estos collegia, especie de clubs aristocráticos que agrupaban a los hijos de la burguesía municipal; estos «hijos de papá», esencialmente se encargaban de organizar los juegos, los lusus iuvenum o iuvenalia, de adorar al emperador y de dar pruebas de lealtad política. En el plano militar, su función se limitaba a la parada, al desfile a caballo. El poder imperial no utilizaba por tanto estos collegia como centros de preparación militar superior para formar a los dirigentes del ejército. 


La vida cotidiana en Pompeya (Robert Étienne)


 TODAS NUESTRAS COSAS DE LOS ROMANOS

sábado, 19 de abril de 2025

EL ENGRANAJE. Jean-Paul Sartre




Comprendí que estaba apresado por un engranaje que tendría algunas veces que sacrificar inocentes para salvar la causa. No había podido ganar tu amor. Perdí la amistad de Lucien. Suzanne ya me tenía odio. Estaba solo y me horrorizaba de mí mismo. Si hubiesen podido ayudarme...


Es el manual perfecto para ver cómo se monta una revolución y cómo se termina perdiendo

Un manual de instrucciones sobre el modo revolucionario y sus excesos, un mini manual sobre cómo los líderes van cambiando según evoluciona la revolución y cómo los sentimientos lo terminan echando todo a perder, por lo menos desde el punto de vista marxista.


Porque, nada más comenzar la obra, la reacción ha triunfado y entra en el Palacio del poder. Una vez allí empiezan a juzgar al líder los mismos que le auparon al poder, acusándolo de una dictadura.

En este largo y confuso proceso va apareciendo a cuentagotas el pasado visto desde un punto emocional y también táctico de los distintos protagonistas
Se van definiendo así los caracteres del Lenin que tienen que liderar el cambio, del i8ntelectual que no quiere mancharse las manos y tiene una serie de principios que no quiere violar y por tanto queda rezagado, o de la mujer dura que divide sus razones y emociones entre ambos, de la arribista o del nuevo poder que surge de la revuelta que volverá a encontrarse con los mismos obstáculos.

La obra es corta e intensa, radicalmente novedosa en su estilo y estructura que nos introducen múltiples puntos de vistas y tiempos de forma sencilla pero que va aumentando la complejidad de las situaciones y decisiones según vamos avanzando en su lectura.

Un engranaje perfecto de política, emociones, relaciones personales y alta literatura.

Ciprián




                                     ÍNDICES DE LECTURAS

miércoles, 16 de abril de 2025

MADRID EN LOS AÑOS 70.




















 Los planes franquistas para la creación de vivienda social, los descampados que nos hablan de barrios en construcción acelerada y la multitud de niños en pleno babyboom que tienen una escolaridad obligatoria (EGB).

sábado, 12 de abril de 2025

EL LIBRO DEL SÁBADO. El relojero y el rey. Indridason, Arnaldur

Siglo XVIII, Dinamarca, un rey loco que es gobernado por el príncipe y un relojero que quiere arreglar un reloj histórico, mientras en su interior guarda un oscuro pasado, se encuentran.

Con estos pequeños mimbres el autor consigue una obra magnífica.
En ella se oponen una monarquía absoluta que pronto dejará de serlo por el avance de una ilustración y una ciencia que representa el propio relojero y el reloj como mecanismo perfecto y humano.
Pero también el mundo de la Corte danesa y el de Islandia de donde provienen los ancestros del relojero. Esa colonia que vive en la pobreza y con unas leyes brutales sobre los comportamientos sexuales de los habitantes les llevará a los padres del relojero a una tragedia total apoyada por la propia monarquía absoluta.
Todo esto lo vamos conociendo a través de las conversaciones que tienen el rey loco y el relojero cuando este le visita para ver sus avances con el gran reloj histórico.
Vemos entonces la pobreza de Islandia, un mundo duro hostil y terrible que encierra como si fuera una tragedia lorquiana los más duros instintos.
Conocemos eso y lo comparamos con los enredos de la corte, tan semejantes y diferentes, pues los hombres podremos ser igual pero no nuestras circunstancias, entornos y oportunidades.
Todo hecho con un ritmo perfecto, medido con el de un reloj que lentamente nos enseña sus mecanismos que se despliegan hasta un deslumbrante final.

Solsona


                                ÍNDICES DE NARRATIVA

jueves, 10 de abril de 2025

Leonardo Sciacia. El caso Aldo Moro (Los jueves pensamos)

 

Tomado de wikipedia

El 16 de marzo de 1978, miembros de las Brigadas Rojas encabezados por Mario Moretti, secuestraron a Moro, después de asesinar a sus cinco escoltas, en Vía Fani (Roma), cuando iba de camino a una sesión del congreso italiano en la que se iba a informar y a votar una moción de confianza de esta cámara sobre el nuevo gobierno encabezado por Giulio Andreotti, por primera vez con el apoyo del Partido Comunista Italiano

A partir de entonces comienza un largo secuestro lleno de cartas de Moro a los principales líderes de la Democracia Cristiana (sus subordinados) y al papa Pablo VI (quien después oficiaría su funeral)

En estas cartas Moro busca una solución más humanitaria que política que negaba el tradicional rechazo de negociación con la banda terrorista y buscaba salvar las vidas

Según se vayan sucediendo los días los argumentos de Aldo Moro se van volviendo cada vez más emocionales y perentorios hasta que llega el día en donde decide renunciar a todo y se prepara para su fin (El cadáver del político italiano fue abandonado por los terroristas el 9 de mayo de 1978 en el maletero de un Renault 4 de color rojo en la Vía Caetani, un lugar entre las oficinas de la Democracia Cristiana y el Partido Comunista Italiano, como un reto cargado de simbolismo hacia la clase política y hacia la misma policía, que había mantenido a la nación entera y a Roma en particular bajo una estricta vigilancia)



Leonardo Sciacia crea toda una recreación de esta terrible historia, especialmente a través de las cartas hechas públicas del propio Aldo Moro durante su secuestro. 

A través de una delicada disección de las mismas va plasmando los entresijos (muy siniestros de la política italiana) con un Partido Demócrata Cristiano que se desembaraza de su propio líder (en aras de un sentido de Estado que nunca tuvieron) ,un partido comunista entre la espada y la pared (entre los demócratas cristianos y las Brigadas rojas), un grupo terrorista que a los españoles tanto nos puede recordar a ETA, sus escisiones, violencias y dialéctica, una policia incapaz de encontrar el piso franco durante casi dos meses (y muy probablemente en la ciudad de Roma) o el propio papa Paulo VI que se apartó miserablemente de intervenir.

Frente a todos estos movimientos, el miedo, el asco y la venganza de Moro en sus cartas son estremecedores, rogando una negociación que nunca se producirá


¿Es posible que estéis todos de acuerdo en querer mi muerte por una supuesta razón de Estado que alguien, aviesamente, os sugiere como si fuera una solución para todos los problemas del país? ¡Vaya solución! Si este crimen se perpetrase, se abriría a la par una terrible espiral que vosotros no podréis afrontar. Quedaríais arrasados. Se abriría una grieta respecto a las fuerzas humanitarias que aún existen en este país.


Alejado de los familiares sin un adiós, un final solitario, sin el consuelo de una caricia: el fin del prisionero político condenado a muerte. Si no intervinierais se escribiría una página estremecedora en la historia de Italia. Mi sangre caerá sobre vosotros, sobre el partido y sobre el país.


Solsona


                                              ÍNDICES DE NARRATIVA

martes, 8 de abril de 2025

Derecha e izquierda woke en el mundo global

En su lugar, tenemos un centro y una derecha alternativa, ambos esclavizados por una nueva clase dominante, los nubelistas, cuyo ascenso al poder ellos han permitido, mientras la izquierda está absorta en una guerra civil sobre la definición de «mujer», la jerarquía de las opresiones, etcétera. Entretanto, nadie habla en nombre de los proletarios de la nube, de los siervos de la nube, de los capitalistas vasallos, de lo que queda del proletariado-precariado tradicional, de las víctimas del cambio climático,

Hoy, la lucha de clases ha sido sustituida por la llamada «política de la identidad». Por desgracia, el impulso de proteger a las minorías raciales, sexuales, étnicas y religiosas y de aplicar una justicia restaurativa le viene muy bien a las personas en el poder que quieren parecer socialmente liberales; incorporan con entusiasmo estas causas a su discurso, siempre que sólo tengan que defenderlas de boquilla y hacer muy poco por proteger a las minorías de las causas sistémicas de su opresión. Además, esta adhesión discursiva a la política de la identidad permite a quienes tienen autoridad no hacer nada contra el poder extractivo económico y político que se entrelaza cada vez más con el capital en la nube. En cuando a la derecha alternativa, nada podría gustarle más. Reconoce en las políticas identitarias una oportunidad inmejorable para sacar provecho de los sentimientos defensivos, tribales, racistas y de lealtad grupal que despiertan en los votantes blancos. 

En este nuevo escenario político, la socialdemocracia es imposible. Ya no tenemos al capital en un bando y a los trabajadores en otro, lo que permitiría a un gobierno socialdemócrata hacer de árbitro y obligar a ambas partes a llegar a acuerdos.


Tecnofeudalismo (Yanis Varoufakis)

lunes, 7 de abril de 2025

Cosas de Romanos. El puerto de Puteoli,
















El cuartel general de la flota imperial del oeste era un triunfo del hombre sobre la naturaleza, ya que ninguna población podía levantarse allí por derecho propio. No había río que la alimentara, ni pozos ni manantiales. 

Sin embargo, el divino Augusto había decretado que el Imperio necesitaba un puerto desde donde controlar el Mediterráneo, así que ahí estaba: la encarnación del poder de Roma, los brillantes discos de plateado mar de su puerto interior y exterior; los dorados picos y las popas en forma de abanico de los cincuenta navíos de guerra brillando con el sol del atardecer; el polvoriento recinto del patio de la escuela militar; los techos de teja roja y las encaladas paredes del sector civil de la población que se elevaban por encima de los mástiles del astillero.


Pompeya (Robert Harris)


 TODAS NUESTRAS COSAS DE LOS ROMANOS

sábado, 5 de abril de 2025

Irvin D. Yalom, el día que Nietszche lloró

 

Una fantástica novela pseudo histórica, pues utiliza personajes reales, como el propio Nietzsche o Freud, para contar una historia de ficción que, sin embargo, resulta sumamente ilustrativa del pensamiento y valores de una sociedad fin de siglo.

Por eso lo de pseudo histórica, sin ningún matiz peyorativo, casi al revés, pues me parece mucho más difícil transmitir el clima cultural que insertar hechos históricos en unos personajes inventados.

Especialmente Nietzsche me ha resultado muy bien trabajado. Un hombre que sólo sabe deberse a su filosofía, y sin ella nada es, pues más allá de sus grandes revoluciones que marcarán una parte importante del siglo XX y XXI, es un hombre que no es capaz de manejarse en las más puras cotidianidades, especialmente las relacionadas con el amor o la amistad.

Quizás lo más arriesgado de la novela sea el doble y mutuo tratamiento de una psicoterapia que aún no se había inventado, tan sumamente creible que uno tiene constantes impulsos de convertirse en los personajes y entender sus problemas (pues son los mismos suyos)

Muy recomendable




                              ÍNDICES DE NARRATIVA

jueves, 3 de abril de 2025

El desfile triunfal de los huesos de José Antonio Primo de Rivera

 

Tomado de http://www.alicantevivo.org/2007/06/el-franquismo-en-fotos.html

Comienza la ceremonia más inverosímil de la Historia contemporánea de España. El mayor culto a un político fallecido en la Europa occidental en lo que va de siglo. Van a ser 467 kilómetros recorridos al paso marcial de la Falange. Un paso, otro, silencio, temblor de cirios y luceros, rumor de hojas secas pisoteadas. 

Serán once días y diez noches caminando a la intemperie, con el cuerpo del Profeta siempre a hombros, bajo los rigores de este otoño con muerte y hambre enmascaradas de Victoria. Diez noches y once días a pie bajo el frío, la escarcha, el rocío, la lluvia y el viento gélido de la madrugada. Un camino místico, espiritual. Desde la arena fina del Mediterráneo hasta la piedra dura de El Escorial, morada de reyes, sepulcro imperial. Durante el traslado encenderán hogueras nocturnas y entonarán letanías diurnas. Pasarán por trincheras aún abiertas. Los labriegos se asomarán a la vera del camino. Los pueblos se emocionarán al paso del joven mártir y sus santas reliquias. 

Yo lo vi pasar, yo lo cargué sobre mis hombros, yo dije joseantoniopresente delante de él muerto y redivivo. Yo y Él: lo único que precisa toda fe. Nosotros: lo único que tolera este país herido de odio. Comienza la mayor operación de propaganda, armada con las mejores plumas que han quedado en el país, para asentar el relato de una nueva España. 

Para que nadie olvide a José Antonio, el hombre que soñaba imperios, prometía la revolución y denostaba el ideal conservador. Para que el pueblo idealice a José Antonio, el candidato al que casi nadie votó medio año antes de ser fusilado. Para que nadie —nadie más que el poder instituido, nadie más que Él, demiurgo del drama, titiritero de marionetas azules— se adueñe, tergiverse y manipule la figura de José Antonio, el pionero del fascismo español, el jefe nacional de la Falange, el enemigo del Frente Popular, el azote de la República, el gran desconocido al que todos van a desconocer. Aquel joven serio, tímido, apasionado, impulsivo, elegante, exigente, recio, orgullosísimo, culto, inteligente, perfeccionista, sarcástico hasta lo hiriente, carismático, seductor, admirado, reverenciado, idolatrado. Mesiánico. Un joven ambicioso con un concepto trágico de la vida: el destino, el sacrificio, la misión. Media España va a convertirse en un teatro. Las luces se han apagado. La función va a comenzar.

(...)

La Ausencia había terminado. Empezaba la mitificación, la glosa desmedida. La construcción de un santo secular que iba a servir, muerto, a la dictadura. Los intelectuales y los poetas desenfundaron la pluma, los periodistas y escritores aclararon las gargantas. Se celebró la Semana de José Antonio en la Radio Nacional controlada desde Burgos. La guerra seguía y los vates del falangismo se asomaban al micrófono cada día para loar al Glorioso Mártir, al Elegido, a aquel que ya nunca iba a volver. Decía Dionisio Ridruejo: Camaradas de España: no hagamos un duelo estéril y flojo. No hagamos una pantomima de dolor por José Antonio. Que suenen los yunques. Trabajemos, camaradas, para que José Antonio no sea el lucero lejano propicio a la contemplación en las noches tristes. Luchemos, camaradas, para que José Antonio, con su cuerpo y su alma, dé forma y continuidad al cuerpo y alma de España, martirizada. Decía Eugenio Montes: Fue José Antonio Primo de Rivera el índice que puso en marcha la rueda de la nueva Historia de España. Decía Agustín de Foxá: José Antonio fue el primer político español que afirmó que a los países los hacían los poetas. Él saturó de poesía su doctrina, y sus luceros, sus rosas, entrañas, sangre y vida hicieron que la política se convirtiera en Historia. Decía el conde de Mayalde: Nuestro camarada salió para una empresa de la que no se vuelve. Sabía lo que valía la sangre de cada uno de los suyos, y su postrera oración desde la tierra fue para pedir a Dios que su sangre fuera la última que se vertiera en la contienda. Decía Julián Pemartín: Con su palabra nos ensenó que la vida es milicia y hay que vivirla en perpetuo servicio; que nadie es más libre que quien renunció a una parte de su libertad; que sólo alcanza la completa libertad el que se aviene a formas disciplinadas en el cumplimiento de una gran empresa. Decía José Antonio Giménez-Arnau: El más grande espíritu que hace tres siglos conociera España continúa vivo y operante. Y así ha de continuar por siglos, llenando páginas gloriosas de nuestra Historia y ganando las mejores batallas, como Rodrigo Díaz después de la muerte de su cuerpo. Y por encima de todos ellos, siempre excesivo, hiperbólicamente mayestático, oportunista, un ojo en el papel y otro en la puerta que debe entreabrir, se puede, mi general, mi Caudillo, generalísimo, decía Ernesto Giménez Caballero, alias Gecé, que José Antonio ascendió, por la voluntad y las oraciones de todo un pueblo, a la diestra de Dios Padre Todopoderoso. Ascendió beatificado por la gratitud de todo un pueblo conmovido hasta las entrañas por su martirio de héroe nacional. Ascendió a presidir ese día la Falange española de todos los Caídos. Que es hoy la suprema Falange de España: la inmortal. El purgatorio había terminado. El estado de Ausencia devino en un culto oficial creciente. En esa misma semana radiofónica de adoración almibarada se celebraría el funeral en la catedral de Burgos sin su cuerpo, con un falso ataúd de José Antonio colocado sobre el sepulcro del Cid Campeador. Con el Caudillo bajo palio, todo el Gobierno, el nuncio, los uniformes manchados de guerra, la guerra en todas las bocas, en todas las mentes, llenando la guerra el aire del templo. Gritos de José Antonio en la escalinata. Voces aguerridas de Presente. Inscripción en el muro. Ofrendas florales de muchachas enamoradas de aquel rostro eterno, obreros fascinados por esa retórica revolucionaria de camisa arremangada, estudiantes seducidos por el ardor de su palabra y ese acto romántico: morir por las ideas. Por ideas creadas para que mueran otros, la poética del sacrificio, el relato para cortar una oreja o para que te la corten en la lidia humana del ardor guerrero y de amor patrio henchido el corazón. Todo ello en Burgos, cabeza de Castilla, capital de España, corazón de la Cruzada, a 20 de noviembre del 38. Había que ganar la guerra. Ya pensaban en ganar la paz.

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Presentes (Paco Cerdà)

martes, 1 de abril de 2025

Tecnofeudalismo. De la caída de URSS al tecnofeudalismo

Después de la guerra, el marxismo propuso confiadamente una verdad amenazadora, una derecha llevada por la angustia se volvió relativista y la socialdemocracia tuvo su oportunidad. Tras la gran derrota del marxismo en 1991, la verdad marxista desapareció, la verdad liberal resurgió y la socialdemocracia murió. Después del Waterloo del capitalismo, en 2008, y el auge del tecnofeudalismo, los liberales, los socialdemócratas y la derecha alternativa se están peleando por los restos de poder que les dejan los nubelistas. 

(...)

 Fue el fracaso del experimento soviético, el único intento a gran escala para someter el capital al control de la sociedad. Produjo innovaciones relevantes, tanto en ciencia como en tecnología, pero el sistema soviético de planificación centralizada no consiguió que funcionaran al servicio de la gente. Varias décadas antes de que lo hicieran Google o Amazon, los científicos soviéticos inventaron una cibernética con el potencial de coordinar automáticamente las preferencias y los esfuerzos de las personas. Sin embargo, el sistema soviético, impuesto desde arriba, no fue capaz de explotarla en beneficio de la sociedad a la que debía servir. Y así, un terrible autoritarismo y el arduo trabajo diario condujeron a la derrota total en 1991. 

Más tarde, el capital de inversión pudo dedicarse a arrasar a escala global sin traba alguna, lo que culminó en el crac de 2008 y el surgimiento de su mutación más formidable: un capital basado en la nube con un poder monstruoso para usurpar las mentes y los mercados. Gracias a los interminables fondos de los bancos centrales con los que los nubelistas han construido sus imperios, ahora todos estamos, como el Movatar de Stelarc, conectados a los circuitos del tecnofeudalismo. Así

(...)

La pandemia exacerbó esa tendencia. La única diferencia significativa con el período prepandémico fue que, esta vez, y por primera vez desde 2008, los gobiernos gastaron algunos de los billones recién impresos por los bancos centrales en la población, para mantener a sus ciudadanos con vida mientras estaban confinados. Sin embargo, la mayor parte del dinero nuevo terminó inflando el precio de las acciones de las grandes corporaciones tecnológicas. Esto explica el informe del banco suizo UBS, publicado en octubre de 2020, según el cual la riqueza de los milmillonarios había aumentado un 27,5 por ciento entre abril y julio de ese año, justo cuando millones de personas de todo el mundo perdían su empleo o luchaban por salir adelante por medio de los planes gubernamentales.6 Mientras, los confinamientos cerraban los puertos, las carreteras y los aeropuertos, y ahogaban el suministro de bienes en economías en las que, durante muchos años, la falta de inversión ya había mermado la capacidad de producir a escala local. ¿Qué ocurre cuando, de repente, la oferta desaparece? ¿Y si lo hace en un momento en que las masas confinadas obtienen algún tipo de ayuda económica procedente del árbol de dinero de los bancos centrales? El precio de los comestibles, las bicicletas estáticas, las panificadoras, el gas natural, la gasolina, la vivienda y muchos otros bienes se dispara y, tras una docena de años de precios contenidos, se produce una gran inflación. Muchos esperaban que la inflación causada por los obstáculos en las cadenas de suministro fuera moderada. La expectativa de que fuera «transitoria» tenía su lógica: en la década de 2020, el poder de negociación de la mano de obra era una sombra de lo que había sido en los años setenta del siglo XX, cuando los poderosos sindicatos podían presionar para conseguir aumentos salariales por encima de la tasa de inflación. De eso se deducía que, como sólo se producirían pequeños aumentos salariales para apoyar a los trabajadores cuando los planes de regulación temporal de empleo y las ayudas económicas del gobierno hubieran finalizado, el aumento de los precios agotaría el poder adquisitivo de las masas, la demanda de bienes disminuiría y los precios caerían. Pero no sucedió así.


Tecnofeudalismo (Yanis Varoufakis)