sábado, 30 de agosto de 2025

Han Kang. La clase de griego.

 


Una mujer ha vuelto a perder el habla tras la muerte de su madre y la perdida de la custodia de su hijo. La primera vez recuperó el habla en clase de francés y ahora busca en la clase de griego una salida a su nuevo bloqueo.

Sin embargo, lo que encuentra es un profesor que está perdiendo la vista cada vez más rápidamente y recuerda su primer amor, una muchacha sordomuda.

Todos estos males físicos no parecen otra cosas que una expresión de su tristeza. Unos mundos desolados que les habitan, llenos de soledades, de conflictos sin solución. La idea de fragilidad de los cuerpos, de limitaciones y plazos es constante pese a intentar compartirla con el idealismo de Platón.

La muerte, la perdida, el dolor terminan por unir a ambos personajes para que compartan estas soledades.

Entre Alemania y Corea Han se mueve un mundo que tiene poco que ver con el de la globalización. Es un mundo de afectos e imposibilidades, una muestra palpable de cuánto necesitamos a los demás en medio de una poética melancólica pero serena que llena el libro de una poesías leve, como un aroma a flores perdidas.

Ciprián


Ciprián



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sábado, 23 de agosto de 2025

Punto de pérdida. Nuria Zapardiel


No puedo ni quiero ser objetivo, pues conozco a Nuria desde hace muchos años y le tengo un cariño muy especial.

Pero nada de esto tiene que ver con la maravilla de este poemario que sabe a 27 y a nueva poesía, brutalmente sencillo, tan bello como hiriente.

Es un poemario y una investigación del amor y sus rupturas. Ese punto de pérdida en donde la historia de amor pierde pie y empieza a desmoronarse lentamente, como los castillos de arena en la playa.

No hay ningún momento decisivo sino una perdida lenta, un hastío que nos deja poco a poco la boca amarga.

La vida se vuelve lenta, sin intereses, y uno al final tiene que reconocer lo que llevaba tiempo sabiendo.

Sucede entonces el dolor, el pánico, el vacío y el vértigo.

Pues sabemos que el sueño ha acabado y volvemos a la casilla de salida con el peso del fracaso a la espalda.

 Todo el poemario está lleno de imágenes rotundas, de emociones encarnadas en cuerpos que gozan, sufren o se desgajan.

Está lleno de las dudas de esos lugares intermedios que separan nuestras comodidades de nuestros sentimientos y deseos.

De miedos, por supuesto, pero también de dolores que, cuando transcurra el tiempo, es muy probable que se vuelvan felices.

Es una oscuridad que tiene brillos dentro, tanto en la futura vida como en la presente literatura.

Gracias por estos versos, Nuria


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sábado, 16 de agosto de 2025

Eva Baltasar. Boulder

Nos gusta por sus frases demoledoras, escribiendo con un hacha que hace cortes perfectos y mortales en los troncos

Nos gusta por la poesía que hay debajo de su la violencia verbal. 

Nos gusta la sinceridad hiriente de esta historia de amor de dos mujeres puestas en esquinas contrarias. 

En un lado de encuentra Sama, la femme bella y delicada, sexual y diosa, que salva a Boulder de su existencia y le hace probar el amor.

Frente a ella se encuentra Boulder

Una bucht rocosa que nos habla en primera persona y que se ve arrastrada lentamente a su destrucción, por las rutinas, por la necesidad de Sama por ser madre.

Este será el quicio en donde la historia cambie, primero en el embarazo, en el parto, en la lactancia... hasta convertirse en una verdadera extraña.

Esta historia dolió pues es demasiado parecida a alguna bien conocida, da lo mismo la orientación sexual, pues los dolores son muy semejantes, y la desesperanza y las traiciones inevitables.

Pues ni siquiera los boulder, esas piedras aisladas en la nada, son invulnerables a la erosión lenta del tiempo


Beatrice

sábado, 9 de agosto de 2025

EL LIBRO DEL SÁBADO. Milena Busquets. También esto pasará


Una voz y una mirada de una verdad y una naturalidad maravillosa  que es capaz de pasar del duelo de la muerte de una madre a la vida más cotidiana de unas vacaciones en la casa de Cadaqués con niños, amigos, ex maridos y amantes.

Como ella misma dice que le enseño su madre, la mismísima Busquets, la ligereza es un signo de elegancia, algo que la autora práctica para hablar de muerte o de sexo sin caer en el drama.

Las cosas suceden como un río que pasa. Todo pasa, las alegrías y las tragedias y solo queda lo que vamos haciendo con nuestra vida, especialmente el sexo como enemigo inseparable del Thanatos, el placer presente de un orgasmo que nos saca de las bajezas del mundo, pero también el futuro de la insinuación y el devaneo como un juego mental y sensual que requiere tanta inteligencia como descaro y fuego.

Evidentemente todas estas maravillas son en gran parte posibles gracias a una clase social acomodada y una educación exquisita que permiten tanto el dolce far niente como la cultura como un elemento de juego y disfrute. Una clase tan catalana como fue la Divine Gauche a la que pertenecieron los padres de la escritora y el Cadaqués que reinventaron en los setenta, exquisito, bello, trágico y frívolo, sensorial, inacabable de sol y azules.

Cuando lees a Milena te gustaría ser como ella, ser tan honesto como ella, aceptar sus vida y sus defectos con esa integridad.


Beatrice


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sábado, 2 de agosto de 2025

El libro del sábado. Miranda July. A cuatro patas


Ni es la bazofia pornográfica que ha escandalizado a algunos ni es la mejor novela del siglo como pretenden otros; es una buena novela sobre los miedos y el deseo de las mujeres maduras. Algo demasiado cercano para ser objetiva con ella.

Es el miedo inmenso a envejecer y dejar de ser deseable, con la palabra la menopausia rondando todo como una tormenta. En un mundo de hombres (y cada vez más de mujeres) que tienen el sexo como uno de los grandes valores, nadie existe si no genera atracción

En esta lucha contra el tiempo, la protagonista primero intenta huir y hacer un viaje sola a Nueva York pero en la primera etapa ese destino se truncará porque aparecerá un hombre y con él el deseo que comienza a funcionar como el perfecto escudo frente a los miedos. 

A partir de este momento comenzará una compleja historia de deseos y erotismos nunca conclusos que transportan a la mujer a una nueva adolescencia en donde la vida se vive con ansias y prisas

Entre ellas, entre masturbación, tampones, bailes en redes sociales u orina, la mujer pensará sobre el tiempo, la maternidad, la pareja, y sobre todo en ella misma y en todos sus fantasmas. Pero lo tendrá que hacer deprisa, pues todo es una carrera sin fin hacia delante en su lucha contra esos estrógenos, también en huida.

En ella celebrará conversaciones con sus amistades para conocer sus tácticas ante la nada que la persigue y regresará a su lado más lesbiano dormido desde hace años.

Y hasta aquí la novela que a mi me interesa; el patético final se lo ahorro pues después de tanto deseo y sexualidad es como volver a Blancanieves.


Beatrice


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