sábado, 29 de enero de 2022

EL LIBRO DEL SÁBADO. Yoko Ogawa. La Policía de la Memoria


 Una isla, sin nombre (nada lo tiene, ni siquiera los propios protagonistas), en donde, lentamente, van desapareciendo las cosas (los pájaros, las cajas de música, las novelas, la propia primavera ...) Desapariciones aleatorias que van restringiendo poco a poco el mundo, sobre todo cuando se hacen totales por medio de la Policía de la Memoria, una fuerza paramilitar que vigila a los que (escasos) aún recuerdan.

Sobre este paisaje distópico se desarrolla la historia de tres personajes, la protagonista, un anciano y el editor de ella, que luchan contra el olvido a la vez que desarrollan una historia (casi paralela) en la novela que se está escribiendo a la misma vez que nosotros vamos leyendo.

La historia en sí misma es buena y está bien trabajada, y especialmente en su último tercio resulta apasionante.

Simbólicamente parece escrita como una narración de la pandemia por su interés (casi obsesivo) por los encierros (hay dos paralelos, que se entrecruzan), pero también de la propia modernidad que nos está obligando a olvidar cada vez más cosas, presionados por otras policías como la opinión pública o las redes sociales que terminan ejerciendo una fuerte censura sobre lo recordable o memorable.

Un grito de socorro (o al menos de peligro) ante lo que nos está pasando cada vez más, en donde los que recuerdan son apartados inmisericordemente del espacio público, y obligados a encerrarse.


Solsona


                                              ÍNDICES DE NARRATIVA

miércoles, 26 de enero de 2022

Las cosas de Laura. Los medios de comunicación

 –Mira, Amelia, los medios son un colador. Si intentas pasar el teorema de Pitágoras por él, lo que llega al que escucha, como mucho, es que un triángulo tiene tres lados. Eso con suerte. Del cuadrado de la longitud de la hipotenusa equivalente a la suma de los cuadrados de las respectivas longitudes de los catetos no queda nada. Si acaso quedan los catetos, ahí fuera, haciendo como que entienden algo.


David Trueba. Queridos niños

lunes, 24 de enero de 2022

Emmanuel Carrere. Limónov. Textos para repasar la URSS

 La revolución ha dejado de devorar a sus hijos, el poder, según una expresión de Anna Ajmátova, se ha vuelto vegetariano. Bajo Nikita Jrushov, el porvenir radiante se presenta como un objetivo razonable e indulgente: seguridad, aumento del nivel de vida, crecimiento apacible de alegres familias socialistas en las cuales a los niños ya no se les alienta a denunciar a sus padres. Es verdad que hubo el período delicado en que tras la muerte de Stalin liberaron a millones de zeks, y a algunos incluso les rehabilitaron. Los burócratas, provocadores y soplones que les habían enviado al gulag estaban seguros de una cosa: de que no volverían nunca. Pues bien, algunos han vuelto y, por citar de nuevo a Ajmátova, «dos Rusias se han encontrado cara a cara; la que denunció y la que fue denunciada». No se produjo el potencial baño de sangre. Delator y prisionero se cruzaban, recíprocamente sabían a qué atenerse, y cada uno desviaba la mirada y se iba por su lado, a disgusto, los dos vagamente avergonzados, como personas que en otro tiempo han cometido juntas una fechoría de la que es mejor no hablar.

Destituido Jrushov de sus funciones, la generación de apparatchiks salida de las purgas implantó, bajo la égida del afable Leonid Brézhnev, una especie de estalinismo blando, compuesto de la hipertrofia del partido, la estabilidad de los cuadros dirigentes, los enchufes, los nombramientos internos, las grandes y pequeñas prebendas y la represión moderada: lo que se ha llamado el comunismo de nomenklatura, por el nombre de la élite que se beneficiaba del mismo, pero este grupo selecto, en el fondo, era relativamente numeroso y, por poco que se siguieran las reglas del juego, no demasiado inaccesible. Esta estabilidad plomiza, carente de sentido y en cierto modo cómoda, prácticamente todos los rusos con edad para haberla conocido la recuerdan con nostalgia hoy que se encuentran condenados a nadar y muchas veces a ahogarse en las aguas heladas del cálculo egoísta. La gran máxima de la época, equivalente a nuestro «trabajar más para ganar más», era: «Fingimos que trabajamos y ellos fingen que nos pagan.» No es muy estimulante como modo de vida, pero bueno: nos las arreglamos. No arriesgas mucho, a no ser que hagas estupideces. Pasamos de todo, reconstruimos en el fondo de las cocinas un mundo del que sabemos seguros, a menos que te llames Solzhenitsyn, que seguirá siendo como es durante siglos, porque su razón de ser es la inercia.

En aquel tiempo, justo después de la caída de Jrushov y la asunción del poder por la troika Brézhnev-Kosyguin-Gromyko, esto es un delito, y un delito relativamente serio. Está prohibido todo contacto con extranjeros, sospechosos a la vez de propagar por medio de libros, de discos o hasta prendas de vestir peligrosos virus occidentales, y de sacar del país textos de disidentes.

Le sometieron a inyecciones de azufre atrozmente dolorosas y a una simpática terapia denominada la okrutka, consistente en sumergir al paciente envuelto en una sábana en una bañera de agua helada y en dejarle secar dentro.

Esta verdad fundamental es, por supuesto, el gulag. Es también que el gulag existe antes y después de Stalin, que no es una enfermedad del sistema soviético sino su esencia y hasta su finalidad. Solzhenitsyn pasó diez años recopilando en secreto los testimonios de doscientos veintisiete antiguos zeks y, con su letra minúscula, enterrando sus manuscritos, haciéndolos microfilmar para trasladarlos a Occidente, edificó este monumento, Archipiélago Gulag, que se publicó en Francia y en Estados Unidos a principios de 1974 y empieza a leerse en Radio-Liberté. El hombre que en ese momento acaba de asumir la dirección del KGB, Yuri Andrópov, comprende que esta bomba es más peligrosa para el régimen que todo el arsenal nuclear norteamericano, y toma la iniciativa


Limónov (Emmanuel Carrere)


sábado, 22 de enero de 2022

EL LIBRO DEL SÁBADO. Ricardo Meléndez Salmón. Medusa.

Una lectura fascinante, dura, un tanto difícil por su condensadísima densidad.

Narra la biografía (escasamente hagiográfica) de un artista plástico, Prohaska, que se niega durante toda su vida a retratarse.
A través suyo nos deja vislumbrar algunas de las mayores tragedias de nuestro siglo (nazismo, Segunda Guerra Mundial, Guerra Civil española, dictaduras sudamericanas, bomba atómica sobre Hiroshima) en una especia de historia del horror y la infamia que el artista convierte en una expresión artística.
Se nos interroga así sobre nuestra capacidad (y aguante) de presenciar la tragedia y de la posibilidad de su transmisión y conversión en símbolo a través del arte (pintura, fotografía, cine), modelándolo al fin como memoria, más allá de los detalles concretos.
Es un libro brevísimo pero sumamente intenso, inquietante, acaso (en mínimas dosis) optimista más allá del horror que nos rodea y nos convierte en espectadores anestesiados por la imagen (a fuer de repetirla en sus clichés más habituales).
Toda una reflexión sobre nosotros y el mundo que nos rodea fuera de las ideas habituales que nos abre nuevas perspectivas (aunque a menudo, terribles, como ocurría con Chirbes, del que ya hablamos hace unas semanas).

Solsona


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martes, 18 de enero de 2022

Las cosas de Laura. Teléfono movil vs democracia

 El 73 % de los españoles se informa a través del teléfono móvil, en escuetos titulares redactados a la medida de su propia tendenciosidad.


David Trueba. Queridos niños


domingo, 16 de enero de 2022

EL HOMBRE DE NEANDERTAL. TEXTOS. ARSUAGA.

 En el neandertal vivo, esta cara destacaría por unas narices muy anchas y prominentes, ausencia de pómulos, una frente inclinada, cejas dispuestas sobre unos relieves marcados y una mandíbula sin barbilla; un mentón bien desarrollado es una característica exclusivamente nuestra .

Los neandertales no eran muy altos, con un promedio de estatura masculino en torno a 170 cm y un promedio femenino alrededor de 160 cm. Sin embargo, su complexión física era extraordinariamente robusta.

No obstante, no debe pensarse que los humanos modernos avanzaron de este a oeste como una apisonadora que extinguía a todos los neandertales a su paso. Durante miles de años unos y otros debieron de repartirse el mapa de Europa formando un mosaico de poblaciones entremezcladas. Como hemos visto, hace unos

La especie elegida (Juan Luis Arsuaga; Ignacio Martínez)

sábado, 15 de enero de 2022

La hierba de las noches. Modiano


Un París que hace años que desapareció y que el protagonista recupera a base de pequeños recuerdos que se van enredando en la prosa, como pequeñas mariposas.

Las tinieblas de otros tiempos se van iluminando así poco a poco para descubrir un amor lleno de esquinas y zonas oscuras que llevará al protagonista a los alrededores de una novela negra.
La obra es una fantástica recreación de la memoria, de sus construcciones incompletas, acaso llenas de falsedades pero tan profundamente humana que no queremos renunciar a ella.
¿Quién no se ve reflejado en esos amores juveniles? ¿Quién no en esos rincones que tienen las ciudades de nuestra juventud, más mentales que reales?



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martes, 11 de enero de 2022

LAS COSAS DE LAURA. Abrupta reflexión

 El amor de juventud es el verdadero, el más mentiroso. Eso lo hace indestructible. Uno le entrega todo: los sueños, las esperanzas, lo que los demás esperan de él. El joven, que es egoísta, se complace en quererse a través de cualquiera, hace como que ama a otro, pero se ama a sí, que es lo que toca, nunca querrá más que entonces, prendado de su reflejo (¿hay amor más puro?).

Los años extraordinarios. Rodrigo Cortés.


LAS RARAS NOTICIAS DE LAURA


sábado, 8 de enero de 2022

Pedro Lemebel. Tengo miedo torero.

Una bellísima historia de un amor no correspondido (algo aceptado desde un principio) entre un homosexual maduro, la Loca del Frente, y un apuesto joven que planea un atentado contra Pinochet, a mediados de los 80.

La novela es magnífica, tanto por la exquisitez de su escritura como por el juego que se establece entre el dictador y su familia (retratados en momentos íntimos en donde dejan traslucir toda su miseria intelectual y emocional) y la loca del Frente, sus deseos y ansiedades (entre ellas la de un amor que sabe imposible desde el primer momento pero al que no quiere renunciar, pues como todos, prefiere engañarse y sufrir).
Una novela que habla de homosexualidad en una sociedad y un sistema tan conservador, pero sobre todo de sentimientos y pasiones, los que verdaderamente nos hacen personas ante el delirio del poder absoluto.



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martes, 4 de enero de 2022

LAURA. Sobre votantes y votados

Mi manía de llamarles queridos niños a ellos, a la gente, a los electores. Sí, yo los llamo mis queridos niños, te lo dije en la primera reunión, porque así no me olvido de sus caprichos infantiles, no me dejo engañar por esa incomprensible superioridad que exhiben sobre los políticos. Los políticos son todos tal, dicen, o los políticos son todos cual, como si jamás se hubieran visto representados por ellos en el espejo. Porque el espejo les miente, tú eres más guapa, tú eres mejor, les dice, y ellos se lo creen, pero son iguales. Como el perro se acaba pareciendo al amo. ¿O era al revés? El votante termina por ser igual que lo votado. ¿O era al revés?


David Trueba. Queridos niños

sábado, 1 de enero de 2022

Gabriel García Márquez. La increíble y triste historia de la cándida Enrendida y su abuela desalmada.


Junto a Doce cuentos peregrinos, el mejor libro de cuentos cortos de Gabo.

Realizado en el período barcelonés, entre Cien Años de Soledad y El Otoño del Patriarca, son verdaderos prodigios de realismo mágico y una prosa cada vez más sonora y poética que explotará en el Otoño.
Son pequeñas historias de perdedores, desde el ahogado más bello del mundo al falso mago Blacaman, o el niño que hace verdad el trasanlántico fantasma, el señor muy viejo, con alas o la pobre Erendida, obligada a prostituirse por un simple accidente. Historias que cuentan una historia más general, la de una Sudamérica pobre y mágica, dominada por el don de la palabra más que por los propios prodigios que se suceden con la pasmosa impavidez de una mañana de lunes, con idéntica falta de explicaciones.
Durante muchos años frases y personajes de estos cuentos fueron una parte de las claves secretas que nuestro pequeño grupo utilizó, verdad Solsona, Ciprian y Lucas?



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