jueves, 16 de mayo de 2024

Buen entretenimiento. Byung Chul Han

El entretenimiento debe ser ¿dionisiaco o apolineo? ¿Suave o contundente? ¿Espiritual o sensorial? ¿Rossini o Wagner?

Ludificacion o pasión, este es el dilema. Pureza y rigor que piense en el arte o ligereza y acercamiento al público, sin exigirle excesivos sacrificios
Humor o tragedia, alta o baja cultura, entretenimiento o trascendencia o, simplemente ruptura de las dicotomias occidentales en favor de los complementarios orientales.

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                          ÍNDICES DE LECTURAS

martes, 14 de mayo de 2024

LAS COSAS DE LAURA. ¿Lealtad?

La lealtad se gana. Actualmente todo el mundo habla de lealtad y, en realidad, lo único que hace es obedecer ciegamente las órdenes que recibe.
                   Kazuo Ishiguro. Un artista del mundo flotante




lunes, 13 de mayo de 2024

COSAS DE GRIEGOS. La crisis de la polis arcaica

Hay tres factores que van a cambiar decisivamente esta situación política: primero, el aumento de la población que, en zonas de escasa riqueza, impulsa a la colonización y el comercio; luego la introducción de la economía monetaria (la moneda se había inventado en Lidia); y, por otro lado, la aparición de un nuevo tipo de ciudadanos con armadura propia: los hoplitas. Los hoplitas forman un cuerpo de infantería con completa armadura metálica que aportan una nueva táctica de combate. Avanzan en filas prietas, codo a codo, con sus corazas y cascos, escudos y lanzas, en formación cerrada que expresa bien la contundente unidad de los ciudadanos. Ya no hay lugar para los héroes solitarios como los de la épica. Cada ciudadano de clase media se paga su armadura y marcha al combate por su ciudad junto a sus vecinos. Atrás quedan los héroes míticos. 

También la difusión del comercio y de la moneda suponen un gran revés para los aristócratas que basan su poder en la posesión de tierras. Ahora aparecen los nuevos ricos, comerciantes enriquecidos. Para triunfar en esa sociedad ya lo decisivo es la riqueza, no la estirpe noble. Algunos poetas, como Teognis, dejan oír sus quejas reaccionarias: «La moneda mezcla las clases», «Para la masa de la gente solo hay una clase de excelencia: ser rico», «No en vano los hombres te honran tantísimo, Pluto, pues encubres con holgura la maldad». Al tiempo que declina la aristocracia de viejo cuño, surge potente una nueva mentalidad cívica, la de los ciudadanos que con orgullo patrio luchan a pie firme y en formación compacta, por su ciudad. 

En algunos poetas arcaicos, como Tirteo de Esparta y Calino de Éfeso, hallamos una cálida expresión del coraje patriótico del hoplita: No hay hombre de más valía en el campo de guerra que el que se atreve a arrostrar la matanza sangrienta y marcha a enfrentarse cara a cara al feroz enemigo. Esa es la virtud, esa es entre los hombres la máxima gloria, y el máximo premio al alcance de un joven guerrero. Un bien común a la ciudad y al pueblo entero es el hombre que, erguido en la vanguardia, se afirma sin descanso, y olvida del todo la fuga infamante, exponiendo su vida con ánimo audaz y sufrido, y enardece con sus palabras al que combate a su lado. (Tirteo, 9D) Los héroes de la épica de mítico abolengo y ansiosos de gloria pertenecen al pasado. Ahora el combatiente modelo es el ciudadano, el hoplita que a pie firme lucha por su patria codo a codo con sus compañeros en la primera fila del batallón. Con razón, pues, los hoplitas reclaman su parte de poder en la polis. Al margen de esos defensores unánimes de la patria aparecen otros guerreros: los mercenarios, profesionales del combate que luchan por la paga y el botín. El caso más notable es el de Arquíloco de Paros, que se presenta con un profesional de la guerra, además de poeta. Un tipo cínico, que en sus versos reconoce sin vergüenza que abandonó su escudo, la falta más grave contra el honor en la ética de los hoplitas ): Soy yo, a la vez, servidor del divino Enialio y conocedor del amable don de las Musas. En la lanza tengo mi pan negro, en la lanza mi vino de Ismaro, y bebo apoyado en mi lanza. Algún Sayo alardea con mi escudo, arma sin tacha, que tras un matorral abandoné, a pesar mío. Puse a salvo mi vida. ¿Qué me importa aquel escudo? ¡Váyase al diantre! Ahora compraré otro no peor. 


sábado, 11 de mayo de 2024

EL LIBRO DEL SÁBADO. Todos estábamos vivos. Enrique Llamas

Una historia hecha añicos y vuelta a reconstruir de una niña pija que vive la calle Claudio Coello/esquina con Hermosilla, de dos homosexuales de Malasaña, de una trans punky llamada Siberia, de un macho man que quiere ser cantante del grupo punk y no pasa de ser un adolescente tardío, de un cachorro de perrillo al que llamar el Hortelano, de la vía Láctea, de la droga en Chueca, de yonkis perdidos, de la sala El Sol o el Penta, de Cascorro, de fancines , de las Costu, de Enrique Urquijo, del sida, de los abortos en Londres, de la plaza del dos de mayo, Espíritu Santo, la Palma o Aviador Dro...

También de un collar, de muertos y de amor y desamor, con el concierto a Canito que está a punto de celebrarse para dar el pistoletazo oficial a la Movida como el eje en torno al cual gira toda la historia
Con un ritmo entrecortado, con constantes cambios de tiempos, Llamas crea una historia adictiva que cautiva por la potencia de algunas de sus imágenes (con la religiosidad de la mantis) y los personajes, desde la madre actriz que vive actuando, a Siberia y su dolor de colores que solo sirven para ocultar el gris terrible que siempre precede a la muerte.
Teo es el adolescente que es arrastrado por sus propias inseguridades, mientras su novia Adela busca el amor sin conseguirlo nunca, pues siempre hay una tristeza más en su mundo que debería ser de fresa y poco a poco se va volviendo ácido.
Mujeres fatales en ciernes, como Diana o historias de amor y heroína y sida, como los dos homosexuales Aldo y Ric.
La lectura, según avanzas, cada vez es más intensa y mejor contada hasta convertirse en un pico en vena que te arrastra con sus ritornelos, metáforas que te elevan del sueño para luego estrellarse de nuevo en la más terrible realidad, pues la Movida no fue tan maravillosa ni Malasaña fue una gran fiesta como cuentan los anales, y había tantas ansias de libertad como caminos equivocados para bebérsela de un sólo sorbo.


                                         ÍNDICES DE NARRATIVA



jueves, 9 de mayo de 2024

AMAZONAS. Adrienne Mayor (los jueves pensamos)

Lo encontré casi por casualidad y rápidamente me enganchó.

El ensayo es una infrecuente mezcla de historia, mitología y arqueología para desvelar el misterio de las amazonas, comparando la historia y múltiples formas mitológicas con los hallazgos arqueológicos sobre los escitas.

Estos escitas, tribus nómadas, ganaderas y guerreras, se extendieron  por Europa y Asia centrales, tomando contacto con el mundo griego a través del Mar Negro, cada vez más cercano por la progresiva colonización (convertida pronto en mito con el viaje de los Argonautas).

Ya presentes en el Helosponto y mucho más arraigadas en la Península de Crimea (en donde renacería Ifigenia en algunas versiones del mito) o el Cáucaso, estas tribus mostraron al mundo griego la otredad bárbara mucho tiempo antes que llegaran los persas.















Amazonomaquia de Scopas en el Mausoleo de Halicarnaso

Se convirtieron entonces entre el mundo contrapuesto al masculino griego, al agrícola y comercial de los helenos, al sedentario, organizado y letrado mundo ateniense, convirtiéndose las múltiples amazonomaquias en una representación de su propia identidad que lucha contra todo lo que odia o le produce miedo.

Pero esto es sólo una parte, pues estas amazonas y toda su iconografía literaria y artística corresponde punto por punto con los progresivos descubrimientos de enterramientos de  mujeres escitas desde Ucrania y hasta el lejano norte de  China. Sus ajuares funerarios que hablan de mujeres guerreras, la importancia de los caballos en sus vidas nómadas, los adornos y armas, los propios pantalones y leotardos que siempre extrañaron a los griegos ... , nos hablan de una amplísima forma civilizatoria que llenará las grandes llanuras septentrionales .


                                   Amazona herida. Fidias

Ellas serán las que lucharán contra los héroes griegos e (históricamente) atacarán a la propia Atenas, y ahora empezamos a comprender materialmente su existencia con este magnífico libro.

Lucas Corralejo


martes, 7 de mayo de 2024

Así era Sabrina. La última que conocí

 Cuando la música eleva las islas.   

Grabé el nombre amado 

En la sombra del antiguo olivo, 

En el estrépito del mar perdurable.

(...)

El jardín entraba en el mar, 

Oscuro clavel, promontorio. 

Tu mano se marchaba con el agua 

Para cubrir el mar nupcial 

Tu mano abría el cielo.


Odysseas Elytis


Luis o Luis


lunes, 6 de mayo de 2024

COSAS DE GRIEGOS. Guerras del Peloponeso. Las razones de Pericles

Tomada de wikipedia


La estrategia de Pericles se basaba en la diferencia de fuerzas entre la alianza de Atenas y la de Esparta. Atenas era dueña de los mares con trescientos barcos de guerra preparados y otro centenar que podía estar disponible en poco tiempo, mientras que la armada de la alianza espartana era tres veces menor. Además, las tácticas navales y las tripulaciones atenienses eran muy superiores a las de sus enemigos. «Somos tan superiores en el mar como inferiores en tierra —se dijo Pericles—. Los atenienses nunca deben olvidar eso, por mucho que insistan locos como Cleón.» Atenas disponía de unos quince mil hombres de infantería, quizá el doble si se incluía a los adolescentes y a los hombres mayores que podían llegar a combatir en caso de necesidad. El ejército de la alianza espartana que había invadido el Ática el año anterior, y que suponían que sería similar ese año, contaba con el doble de efectivos. «Combatir en campo abierto sería un suicidio.»

(...)

 «Es imprescindible que mantengamos la estrategia del año pasado. Si nos quedamos en el interior de la ciudad, no nos sucederá nada.» Las murallas eran inexpugnables, y gracias a los Muros Largos, que conectaban la ciudad con el puerto del Pireo, un asedio terrestre no bastaría para asfixiar Atenas. La ciudad se nutría a través de los Muros Largos de las mercancías que llegaban al Pireo, y nada podía evitar que los trirremes atenienses salieran una y otra vez para atacar el territorio enemigo. Pericles se permitió una leve sonrisa al pensar en el último elemento que marcaba la diferencia en aquel conflicto: la riqueza. Los aliados de Esparta no pagaban tributo y Esparta no tenía tesoro. Por su parte, Atenas había acumulado antes de comenzar la guerra más de seis mil talentos e ingresaba seiscientos más al año en tributos. Poseía una enorme riqueza, si bien resultaba muy oneroso mantener activa una flota tan grande y a miles de soldados en el sitio de Potidea. «El año pasado gastamos alrededor de dos mil talentos. —A ese ritmo sólo podrían aguantar tres años de guerra, pero esperaba que los costes se redujeran pronto—. La mitad del gasto se debió al sitio de Potidea. Si conseguimos que la ciudad caiga, se multiplicará nuestra capacidad de resistencia.» 

Pericles sabía que la alianza espartana había confiado en una victoria rápida. Ese año, sin duda, los espartanos los provocarían desde enfrente de las murallas para que salieran a combatir; sin embargo, si mantenían las puertas cerradas y enviaban la armada a atacar el territorio enemigo, la facción pacifista de Esparta cobraría fuerza y quizá retomaría el control de su Asamblea. «El rey Arquidamo no quiere la guerra, pero necesita más apoyo interno», se dijo convencido. Necesitaban que la Asamblea espartana comprendiera que sus incursiones en el Ática no podían hacer tanto daño a los atenienses como el que podía sufrir Esparta con los ataques a sus costas. Eso daría a Arquidamo la fuerza política precisa para retomar la senda del diálogo. En cualquier caso, Pericles no se engañaba. Sabía que para mitigar los ataques que recibía dentro de Esparta, Arquidamo haría ese año una demostración de fuerza y conduciría a sus ejércitos con mayor agresividad que el año anterior. «Nuestros ataques navales también deben ser más agresivos —reflexionó—. Si la armada no obtiene este año éxitos notables, mis enemigos se harán con el control de la Asamblea.»

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El asesinato de Sócrates (Marcos Chicot)



COSAS DE GRIEGOS

sábado, 4 de mayo de 2024

EL LIBRO DEL SÁBADO. Mohamed Mbougar Sarr. Hombres puros

 


Dakar, un joven y ya hastiado profesor universitario, tras una tarde de sexo con su bella y explosiva amante, visualiza un terrible vídeo que se ha hecho viral: una horda desentierra un cadáver y lo arrastra fuera del cementerio. Se trata de un góor-jigéen, un «hombre-mujer», un homosexual.

A partir de entonces su vida irá cambiando progresivamente, enfrentándose con una sociedad terriblemente homofóbica que pone sus tradiciones o la religión islámica como barreras de odio hacia los homosexuales, un terrible lepra que todo lo contamina, desde las clases prohibidas de Verlaine por su sexualidad, a la propia muerte (prohibida en los cementerios religiosos) o la familia (que queda marcada ya para siempre)

La novela es terrible pero con destellos de una belleza extraña, de una sexualidad siempre presente.

En el fondo es una reflexión sobre los conflictos entre la modernidad y las tradiciones (tanto seculares como religiosas), pero hay algo más allá de lo puramente exótico o tradicional. El tema, las maneras de enfrentarse a él de los distintos personajes (incluido el propio protagonista), todos los conflictos interiores/exteriores son los mismos que podemos encontrar en el primer mundo, pues en el fondo no somos tan diferentes.

 CIPRIÁN


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jueves, 2 de mayo de 2024

Michel Maffesoli: Iconologías. Nuestras idolatrí@s postmodernas. (Los jueves pensamos)



Che Guevara, Harry Poters, Houellebecq, Zidane, Serkolène, My Space, Second Life, Google... son imágenes perfectas para descubrir y analizar el imaginario (y bestiario) posmoderno, pasando de lo cotidiano al mito como una manera de sublimar lo esencial.

A través suyo, el autor plantea la muerte de los mitos y razones ilustradas (tan apolíneas) y el resurgimiento de los sentimientos y emociones dionisíacas. 

El mundo ha pasado del individuo autogestionado por la razón que se une a través de las ideas (nación, partido, cultura...) a los demás, a otro individuo mucho más líquido, profundamente deseante, idolátrico y ansioso de buscar nuevas formas de tribalidad (tribus urbanas, tatuajes, conciertos...)

Se pasa así de la lógica a la pulsión, de la explicación a la seducción, la teatralización, el gesto... que triunfa en todas las esferas, desde la individual al comercio o la política.