Durante la polis arcaica ya sabes que existían sólo dos grandes grupos, los aristócratas (aquellos que tenían caballo y armas, y disponían gran parte de las tierras) y el pueblo (que debe obedecerlos). El sistema de gobierno se llamaba aristocracia.
El pueblo vivían en condiciones penosas, tanto por la falta de tierras como por el poder de los aristócratas, y muchos emprenden la emigración hacia nuevos lugares. Esto es lo que llamamos colonización.
A lo largo del los siglos VIII y VI a C., se fueron fundando colonias en las costas más cercanas a Grecia: Asia Menor, sur de Italia (especialmente Sicilia, de la que puedes ver aquí un reportaje fotográfico) o, incluso, las costas españolas (Empurias, Alicante).
Esta colonización produjo varios cambios.
Por una parte, y además de la agricultura, las nuevas colonias se comenzaron a dedicar al comercio, y crearon una nueva clase social, los comerciantes, que empiezan a tener dinero y quieren cada vez más poder.
Por otra, aparece un nuevo tipo de armamento más barato (el hoplita) que se pueden permitir estos comerciantes. (Aquí puedes ver cómo luchaban las falanges hoplitas)
Con dinero y poder militar los comerciantes romperán la estructura política anterior, y se levantarán contra la antigua aristocracia para poner en el poder a los tiranos (tiranías), que supondrá el final de la polis arcaica y, en algunos lugares como Atenas, dará paso a la futura democracia
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