Una novela sorprendente que comienza siendo erótica, evoluciona hacia lo social y combativo para convertirse en un triller terrorífico de dominio, malos tratos y destrucción.
La novela cuenta la historia de amor de dos mujeres que termina en pura violencia. Una relación siempre asimétrica entre la novia, rica y sofisticada, y la protagonista, aquella que la narradora habla siempre en segunda persona porque es ella misma desdoblada. Esa chica gordita, más joven, todavía estudiante que cree haber encontrado algo casi imposible que no debería merecer.
Desde el principio nos sentimos todos un poco ella y gozamos como bestias de la sexualidad que llena todo el principio de la novela para luego morirnos de angustia ante los progresivos maltratos psicológicos a los que está sometida.
Técnicamente la novela es un prodigio de voces, registros y géneros que entremezclan historias, informes, pensamientos, ...
Cada capitulo, sin que pierda su narratividad, se convierte en una imagen o un símbolo (como destaca su propio título que añade algo a la casa que la convierte poco a poco en pesadilla) del doble tema que trenza el libro. Del amor lésbico con todas sus particularidades físicas, psicológicas o sociales (siempre el invisibilizado frente a lo gay) y del maltrato en la pareja, con la peculiaridad de ser entre dos mujeres, lo que desmonta en cierto punto el patriarcado como generador de violencia y lo deja en un limbo del que no lo quieren rescatar ni la heterosexualidad ni la homosexualidad masculina ni partes del feminismo.
Una novela para sentir (es brutal cómo se va describiendo el progresivo maltrato psíquico al que es sometida la protagonista) pero también para pensar sobre las vidas que se encuentran en los limites del sistema, más toleradas que aceptadas.
ÍNDICES DE LECTURAS