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Las nuevas generaciones requieren de nuevas estrategias de estudio que no hubiésemos pensado, siquiera, tan sólo a hace veinte años atrás (o mucho menos). Particularmente, crecí en una escuela con Educación General Básica y POLIMODAL, hace poco más de una década, notándose incluso allí las diferencias abismales entre la educación de entonces y la de hoy en día. Los proyectos interdisciplinarios no existían o eran muy pocos en tantos años de escuela. Nuestro comportamiento también era diferente. Nuestra comprensión de los contenidos requerían otra dinámica, diferente a la de hoy en día. Como Philippe Meirieu ecplica: En un tercer momento, inescindible de los otros dos, los docentes deben
ResponderEliminartransmitirles a los alumnos saberes que permitan construir la humanidad en el
hombre, que inscriban a los niños en un proceso de universalización, que los
religuen. Esto implica (...) que les permitan encontrar respuestas parciales a
cuestiones antropológicas. ¿Cómo? Hablándole al alumno de sus preguntas
antropológicas: su lugar en el mundo, su relación con los demás, consigo mismo,
sus pulsiones."
Las nuevas ideas florecen y dan frutos cuando, uno como docente, se da cuenta del aprendizaje significativo de sus alumnos no sólo en resultados de evaluaciones, sino en su capacidad de resolver problemas, situaciones problemáticas y de volcar sus conocimientos a la vida cotidiana como ciudadanos, teniendo una mirada crítica sobre el ambiente en el que viven.