Una novela en parte fallida, aunque con una pequeña perla en su interior.
Fallida en el sentido de su organización interna, excesivamente forzada para el desarrollo del argumento, demasiado extensa en su presentación (casi en el fondo la justificación de su estructura) y terminada de forma abrupta.
Dentro de ella, y planteada como una distopía muy cercana, nos encontramos dos temas. El primero (el problema de las armas atómicas) bastante poco explorado, apenas unos cuantos lugares comunes. El segundo, sin embargo, el contacto de dos civilizaciones y los cambios culturales y sociales que genera una medicina super-adelantada que convierte a la muerte en otra cosa.
Este segundo plano, mucho más trabajado, es a mi juicio el mayor valor de esta novela por lo que supone de reflexión de cómo los avances técnicos generan nuevas formas de cultura y pensamiento.
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