EL LIBRO DEL SÁBADO. Dos novelas para sentir las mismas rabias. Orduño y Serrano

Uno ocurre en Méjico, el otro en España. Uno lo escribe un hombre, otro una mujer. Ambos hablan de lo mismo: de la terrible situación laboral que muchos vivimos.

Pues eso ya me ocurrió una vez, hace más de una década, y logré salir de allí a base de estudio, muchísimas lágrima y algo de suerte en la oposición a profesor de secundaria.

Ahora, y por partida doble vuelve a ocurrirme, a mi y a Laura, y justamente en este momento (casi sin quererlo, como si los libros nos hubieran elegido a nosotros, nos llegan a las manos estas dos novelas.

Una, la de Orduño, más enclavada en el realismo sucio con toques surrealista (al modo de Chuck Palahniuk), otra, la de Serrano, con mayores toques cómicos, más mordaz.

Si uno quema el coche de su jefe y, en medio de la acción, alguien pone una bomba de clavos en medio de la oficina, en Serrano hay una intoxicación por drogas y un maravilloso accidente.

En Orduño la forma de escapar es el sexo, especialmente si con él se genera una imagen de poder; en Serrano lo son los ansiolíticos y los vídeos de youtube.

Siempre más oscuro Orduño y ligero el de Serrano, pero ambos interesantes y necesarios para todos aquellos que consideren que el trabajo ha dejado de ser algo positivo y se ha convertido en un lugar de insatisfacciones y violencias más o menos explícitas; todo un pozo en donde perder todas las fuerzas luchando contra la mediocridad, el amiguismo, la prepotencia, la vaguería, la no asunción de responsabilidades... 

Y no seguimos más que no me queremos encender más; bastante ansiolíticos y pesares llevamos ya  

LAURA Y LUCAS

                                          ÍNDICES DE NARRATIVA