Se trata de una obra llena de símbolos y metáforas, bastante difícil de explicar y entender. Por ello, cada época histórica lo ha interpretado de forma bastante distinta , según su manera de pensar.
En la época feudal se tomaron especialmente tres grandes conceptos.
Por una parte (ya que se acercaba el año mil) les interesó el Final de los tiempos, pues se creía que, pasados mil años del nacimiento de Cristo, ocurriría. A esto se le llama milenarismo.
Por otro lado (y lógico si piensas en la ideología nobiliaria), les interesaba todas las descripciones de lucha, pues para el momento la guerra era una actividad fundamental.
Las imágenes que pongo entre los distintos fragmentos pertenecen a los llamados Beatos (si quieres saber más de ellos, pincha aquí)
Miré, y vi un caballo blanco. El que lo montaba tenía un arco y le fue dada una corona, y salió venciendo y para vencer. Cuando abrió el segundo sello, oí al segundo ser viviente, que decía: «¡Ven!» Salió otro caballo, de color rojizo. Al que lo montaba le fue dado poder para quitar la paz de la tierra y hacer que se mataran unos a otros. Y se le dio una espada muy grande. Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente, que decía: «¡Ven!» Miré, y vi un caballo negro. El que lo montaba tenía una balanza en la mano. Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente que decía: «¡Ven!» Miré, y vi un caballo amarillo. El que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades lo seguía: y les fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad y con las fieras de la tierra
El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios, la cual decía al sexto ángel que tenía la trompeta: «¡Desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Éufrates!» Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día, mes y año, a fin de matar la tercera parte de los hombres.
Otra señal también apareció en el cielo: un gran dragón escarlata que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas tenía siete diademas. Su cola arrastró la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra. Entonces hubo una guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón. Luchaban el dragón y sus ángeles
El séptimo ángel derramó su copa por el aire. Y salió una gran voz del santuario del cielo, desde el trono, que decía: «¡Ya está hecho!» Entonces hubo relámpagos, voces, truenos y un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande cual no lo hubo jamás desde que los hombres existen sobre la tierra.
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