Se puede decir que esta invasión brutal de la enfermedad
tuvo como primer efecto el obligar a nuestros conciudadanos a obrar como si no
tuvieran sentimientos individuales. Desde las primeras horas del día en que la
orden entró en vigor, la prefectura fue asaltada por una multitud de
demandantes que por teléfono o ante los funcionarios exponían situaciones,
todas igualmente interesantes y, al mismo tiempo, igualmente imposibles de
examinar. En realidad, fueron necesarios muchos días para que nos diésemos
cuenta de que nos encontrábamos en una situación sin compromisos posibles y que
las palabras «transigir», «favor», «excepción» ya no tenían sentido.
LA PESTE (Albert Camus)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar en este blog. Tus sugerencias serán siempre bienvenidas.
No olvides que si publicas un comentario estás aceptando algunas normas.
Por favor, sé respetuoso en tus palabras. Por supuesto puedes estar en desacuerdo con lo dicho en este blog, y también criticarlo, pero guardando las normas básicas de educación.
No se admite spam y contenidos publicitarios (serán eliminados)
Por el hecho de comentar aceptas nuestra política de privacidad (ver en apartado política de privacidad y aviso legal) y dando consentimiento explícito a que figuren aquí los datos con los que firmes o te registres (recuerda que puedes hacerlo con tu perfil blogger, nombre y URL o en modo anónimo; no es necesario email)
Si no quieres dar consentimiento, no comentes. Si tienes dudas, visita la política de privacidad.
Responsable de los datos: Vicente Camarasa (contacto correo en la parte superior derecha del blog).
Finalidad: moderar los comentarios.
Legitimación: consentimiento del usuario
Destinatarios: el sistema de comentarios de Blogger.
Derechos del usuario: acceder, rectificar, limitar y suprimir datos (si los hubiera)