sábado, 31 de agosto de 2024

EL LIBRO DEL SÁBADO. Nikos Kazantzakis. Lirio y serpiente


Este pequeño libro es toda una joya del amor y su reverso más tenebroso, casi un nuevo collar de la paloma, unos 20 poemas de amor y una canción desesperada que siempre fascinó (su palabra fetiche que nosotros, en su honor tanto utilizamos) al querido Luis.

De hecho, ahora que por desgracia sabemos mucho más de él de lo que creíamos , hay muchos pasajes del libros, subrayados con ansia, que recorren algunas partes de sus historias de amor con Sabrina (y tal vez también, con Sabrina).

Hay incluso algunas pequeñas notas que lo dice todo: "¿Por qué he leído esto tan tarde? Si hubiera sabido los contornos de este tormento, lo nuestro no habría descarrilado, Sabrina"

Gran parte de la obrita está subrayada y llena de flechas y exclamaciones, pues es (suponemos que fue) su historia de amor.

De hecho, Kazantzakis la escribió a los veinte años, recreando su propia historia de amor con  la joven profesora irlandesa Katheen Forde de la que se enamoró locamente cuando  recibía de ella clases de inglés y en los que le recitaba al oído los poemas de Byron y Keats como erótica pedagogía.

La narración, escrita como un apasionado diario, pasa sin transición de lo sublime a lo carnal, y ella se mezclan besos, tetas, esculturas clásicas y la pura ansia de la totalidad o el espíritu del thanatos siempre presente en eros.

No hay un momento de tregua y la terriblemente espectacular belleza de sus palabras sobrepasa lo puramente literario para  entrar en terrenos en donde las palabras juegan como sonidos y juegos, sensaciones y sentimientos que flotan entre los orgasmos y los más profundos miedos.

Una profunda lucha entre los polos extremos del deseo y el amor sublime, del lirio y la serpiente, el espíritu y la pornográfica carne, muy cerca de nuestros queridos simbolistas que tanto nos arrebataron en la juventud.

Luis lo descubrió antes de la cuarta vez con Sabrina, y a menudo aparecen retazos suyos en sus cuadernos azules, no sabemos si como deseos ya cumplidos o puestos a orear, esperando que un viento de locura los hiciera realidad, la más maravillosa de sus tiempos juntos y la destruida y llena de cristales hirientes rotos por los suelos de sus separaciones.

Solsona


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sábado, 24 de agosto de 2024

EL LIBRO DEL SÁBADO. Pedro Maestre. Matando dinosaurios con tirachinas

Parece asombroso que esta a novela se publicara a principios de los 90 por un autor que casi tiene mi edad

Parece mentira porque está hablando como si fuera una generación z de cristal, harta de todo antes de haber empezado, angustiada por unos padres helicópteros que no la han dejado crecer
Hace unas semanas le di una segunda oportunidad porque la leí justamente cuando tenía esa misma edad y no me gustó para nada, entre otras cosas porque el protagonista me pareció un gilipollas, aunque ahora comprendo que acaso nosotros tuvimos mucha suerte (o tal vez la buscamos) y muy pronto comenzamos a trabajar (aunque fuera en aquel maldito colegio)
Tal vez por eso nunca llegué a entender la vida de un joven que está en un marasmo sin la misericordia de internet ni las excusas de la salud mental de las nuevas generaciones.
Un chico que habla y habla (que magníficamente bueno es su monólogo ininterrumpido) del amor, los padres, el trabajo, Alcoy, el sexo, la pereza, el compromiso, la literatura, la familia, los amigos....pero muy pocos 90

Por eso tuve que que buscar otras cosas, y de pronto me encontré a mi mismo.
(La literatura tiene esas trampas; no es un lugar nada seguro)
Me vi tumbado en el sofá del salón bajo los tórridos días de agosto de Madrid. Un sofá cubierto por una sábana, la televisión encendida y un inmenso, inacabable desierto de nada en medio del pecho.
Me recordé así pasando los largos días de vacaciones como si en verdad no hubiera futuro como si no quisiera crecer del todo, abandonar la terrible adolescencia de montañas rusas sin fin para encontrar una estabilidad que volvía grises la cosas

No había apenas noventas, no, había yo, nosotros y ese momento espeso con olor a alquitrán caliente, a hojas ajadas en los árboles, con la que nos recibió el mundo nuevo de la última universidad y los primeros trabajos.
¿De verdad que esta mierda es el famoso ya madurarás? Cuánto nos habían engañado, pensábamos, piensa el protagonista de esta historia que acaso era tan gilipollas como nosotros, o tan desencantado porque el mundo sin frenos de la adolescencia ya hubiera terminado.

¿No les pasará eso la famosa generación Z de cristal? ¿Acaso no les hemos engañado también con un futuro de madurez que no era lo que le habíamos prometido?

Solsona


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sábado, 17 de agosto de 2024

EL LIBRO DEL SÁBADO. Vergüenza. Salman Rusdhie




Una tragedia representada por payasos, actores que no dan la talla, y ambientada en un país ligeramente sesgado de la realidad.
Vergüenza es una tragicomedia en donde los personajes viven encima de las cuerdas de sus propios prejuicios u maldades en un mundo surreal (o subreal)
El país «ligeramente sesgado de la realidad», Peccavistán, da vida a Omar Khayyam, hijo de tres madres; Bilquis, que se queda desnuda en plena calle; el general Hyder, con ojeras como gafas de sol; Iskander Harappa, un dictador a quien ahorcan después de muerto; Buenas Noticias Hyder, condenada a parir hijos cada año en progresión aritmética; y la heroína de la novela, Sufiya Zenobia, la bella y la bestia en una sola persona



sábado, 10 de agosto de 2024

Los funerales de Mamá Grande. Cuando García Márquez inició su gran estilo

Ésta es, incrédulos del mundo entero, la verídica historia de la Mamá Grande, soberana absoluta del reino de Macondo, que vivió en función de dominio durante 92 años y murió en olor de santidad un martes del setiembre pasado, y a cuyos funerales vino el Sumo Pontífice.

Tras la lectura de Cien Años de Soledad, ese verano sólo me dio para dar clases particulares en agosto para, cobradas cada semana, comprarme un nuevo libro de Gabriel García Márquez. Fue así como fui conociendo sus primeros cuentos y novelas y entre los múltiples deslumbramientos encontré estos Funerales y su estilo barroco y colorista que anticipaba, incluso, El Otoño del Patriarca

todo el mundo se había acostumbrado a creer que la Mamá Grande era dueña de las aguas corrientes y estancadas, llovidas y por llover, y de los caminos vecinales, los postes del telégrafo, los años bisiestos y el calor, y que tenía además un derecho heredado sobre vida y haciendas.

Una épica hecha palabras que daba ganas de conquistar Polonia y trepar por una selva bíblica y esencial, encontrado entre las enumeraciones infinitas todo un mundo secreto de nuevas analogías y verdades, en pleno reino de la poesía

dictó al notario la lista de su patrimonio invisible: La riqueza del subsuelo, las aguas territoriales, los colores de la bandera, la soberanía nacional, los partidos tradicionales, los derechos del hombre, las libertades ciudadanas, el primer magistrado, la segunda instancia, el tercer debate, las cartas de recomendación, las constancias históricas, las elecciones libres, las reinas de la belleza, los discursos trascendentales, las grandiosas manifestaciones, las distinguidas señoritas, los correctos caballeros, los pundonorosos militares, su señoría ilustrísima, la corte suprema de justicia, los artículos de prohibida importación, las damas liberales, el problema de la carne, la pureza del lenguaje, los ejemplos para el mundo, el orden jurídico, la prensa libre pero responsable, la Atenas sudamericana, la opinión pública, las lecciones democráticas, la moral cristiana, la escasez de divisas, el derecho de asilo, el peligro comunista, la nave del estado, la carestía de la vida, las tradiciones republicanas, las clases desfavorecidas, los mensajes de adhesión.

Luis o Luis




sábado, 3 de agosto de 2024

EL LIBRO DEL SÁBADO. Hanif Kureishi. El Buda de los suburbios.

 


Si hubiera sido un ensayo habría sido fantástico, recuerdo que me dijo una vez Ciprián sobre el libro.
Yo entonces no comprendí del todo pero cuando años después lo rescaté de la gran pila de libros todavía no leídos de la mesilla, apenas casi iniciado, lo entendí perfectamente.
Era fantástico cómo husmeaba en el Londres interracial, en las primeras y segundas generaciones indias a la vez que se dejaba ver las otras ciudades dentro de la gran metrópolis. También contaba el arranque del punk, las formas europeas de entender (y volver simple) las filosofías orientales o las revoluciones sexuales de los 70.
Todo perfecto hasta que llegaba el momento de meter todo esto dentro de una narración... y fracasar por completo.

Todos aquellos temas se encarnaban en unos personajes que solo tenían verdad muy de vez en cuando y mientras tanto deambulaban por la novela como tristes fantoches sin apenas interés.
Una historia de aprendizaje azarosa, sin demasiados rumbos que termina aburriendo, pues la cosa no avanza sino que se desliza (o al menos eso es lo que me ha ocurrido a mi)
Qué lástima.

Solsona


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