La recomendó un compañero para su lectura en 4º ESO, y no se ha equivocado.
La novela, escrita a cuatro manos (Roberto Santiago y Santiago García Clairac) narra una trepidante historia de dos jóvenes y sus familias en plena Guerra Civil española, tomando como base la terrible batalla del Ebro.
En la historia hay varias cosas verdaderamente difíciles de encontrar.
En primer lugar es una novela juvenil que no lo parece, huyendo de los tópicos y sensibilidades habituales para crear una obra para todos los públicos.
No hay un exceso de sangre pero tampoco se evita lo inevitable, la terrible destrucción, la muerte, los odios y las tragedias que tuvo nuestra guerra más incivil, pues acaso (y más que las propias ideas políticas enfrentadas) son estas miserias las que deberíamos recordar y analizar si algún día queremos salir de nuestra desmemoria histórica y empezar a reconstruir una patria común
Es, además, una historia que no evita las ideologías pero evita que estas dicten un único punto de vista a través del artificio (que tantas veces ocurrió en la realidad) de una familia dividida entre ambos bandos que permite a los autores dar una visión tan ideológica como plural del conflicto, a mi juicio lo mejor que se puede hacer en educación, no sólo contar hecho sino también opiniones aunque dejando al lado cualquier sectarismo para que os alumnos vayan creándose sus propios juicios críticos.
Si a todo esto le añadimos una escritura sumamente dinámica tanto en estilo (sin adjetivos, de frases cortas y precisas que dan una lectura amenísima) como en la estructura (de capítulos cortos que continuamentes saltan de un esenario a otro, contando las historias entrelazadas de los personajes) la novela es un perfecto acercamiento a la Guerra Civil para los cursos finales de la ESO o primero de Bachillerato
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