Llevaba mucho tiempo con ganas de leerlo, y me ha gustado, bastante.
Primero porque está maravillosamente escrito, con una voz propia, auténtica, sin necesidad de estridencias.
Luego por el tratamiento de la memoria, la de una familia y todo un mundo que recupera a través del sentimiento, pues solo sigue existiendo lo que se recuerda con amor (aunque también, aunque este no sea el caso, el odio).
Hay, además, una profunda carga de profundidad sobre los aspectos más problemáticos del pensamiento de izquierdas, desde la tercera ola del feminismo, las redes sociales, la cultura de la cancelación, lo políticamente correcto, el reguetón, el neoliberalismo,...
En resumen, un interesantísimo partido de tenis entre nuestro pasado (no tan lejano) y el día de hoy que nos pueden ayudar a pensar con una nueva perspectiva nuestra actualidad.
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