Felipe IV: Rey de España, Portugal, Nápoles, Sicilia y Cerdeña, Duque de Milán, Soberano de los Países Bajos, y Conde de Borgoña.
Realmente no deberíamos hablar de España en el siglo XVII, pues el territorio del Imperio era un verdaero conglomerado de zonas con sus leyes y fueros propios, herencia del modelo iniciado con los Reyes Católicos (puedes ver todos los distintos reinos y su origen en esta entrada) . Así, Felipe IV nunca fue rey de España, sino rey de cada uno de los reinos (Solórzano, 1647), un sistema federal que se opone a la centralización que se realiza en Francia
Tampoco podemos hablar de una monarquía absoluta como ocurre en el modelo francés. El Rey se encuentra "aconsejado" por numerosos organismos y personas que actúan como grupos de presión, creando una corte compleja y burocratizada.
Tampoco podemos hablar de una monarquía absoluta como ocurre en el modelo francés. El Rey se encuentra "aconsejado" por numerosos organismos y personas que actúan como grupos de presión, creando una corte compleja y burocratizada.
La política en la corte se organiza en torno a los Consejos, el llamado sistema polisinodal. Hay consejos comunes para todos los reinos: Estado, Guerra e Inquisición. El Consejo de Estado era el responsable de la política exterior y jugará un papel de primer orden . Hay un consejo para cada uno de los territorios: Castilla, Aragón, Indias, Italia, Navarra... El Consejo de Castilla es el más importante, cuenta con dos secciones que acabarán formando también dos consejos: Ordenes Militares y Hacienda. La figura del secretario, típica en el siglo XVI, será sustituida por los validos, personas que sin ocupar un cargo concreto, ejercen las funciones de gobierno en lugar del rey. A todo ello hay que añadir la numerosa nobleza cortesana que (además de participar en los distintos consejos) presiona por medio de las relaciones personales y los distintos grados de cercanía al rey.
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