.
La caída del Muro de Berlín en noviembre de 1989 fue un acontecimiento inesperado (aunque lógico) que inmediatamente se convitió en el símbolo del final de la Guerra Fría.
Como ya vimos aquí, su creación había sido también un símbolo de esta guerra ideológica y militar que se había desencadenado tras la Segunda Guerra Mundial que enfrentaba a dos bloques opuestos.
Como ya vimos aquí, la Perestroika fue el intento (frustrado) de intentar reconducir la crisis política de la URSS (latente desde finales de los 70).
Un cambio político y económico que perdió el rumbo y condujo la una verdadera desintegración del país y sus satélites. Un movimiento incontrolado, mucho más rápido de lo que nadie podía jamás suponer.
En concreto, la apertura de fronteras entre Austria y Hungría en mayo de ese año comenzó a producir un éxodo masivo de berlineses que viajaban a Hungría para pasar al otro lado, pidiendo entonces asilo.
Esto motivó numerosas manifestaciones en el Berlín occidental (verdaderamente prisionero dentro de Alemania del este) que terminaron por producir una asombrosa declaración del gobierno (en plena descomposición) de la RDA: el paso al oeste estaba permitido.
Esa misma noche, centenares de alemanes de ambos bandos subieron al muro y comenzaron a destrozarlo con sus propias manos ante el estupor del mundo entero que veía cómo en unas pocas horas se acababa con el símbolo de tanto odio y miedos.
Famoso beso entre Bresvnev y Honeker, símbolo de la unión de la URSS con sus países satélites que se rompió con la Perestroika.
A nivel local, la caída del Muro fue el inicio de un largo proceso: la reunificación alemana, con el paso a la democracia de la RDA.
Curiosamente, gran parte del muro desapareció rápidamente con entregas a otros países y venta (hasta por fascículos) de sus fragmentos, quedando en la actualidad una escasa parte de él en la ciudad de Berlín (un verdadero anticipo del nuevo capitalismo que iba a sustituir a la Guerra fría, la globalización neoliberal)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar en este blog. Tus sugerencias serán siempre bienvenidas.
No olvides que si publicas un comentario estás aceptando algunas normas.
Por favor, sé respetuoso en tus palabras. Por supuesto puedes estar en desacuerdo con lo dicho en este blog, y también criticarlo, pero guardando las normas básicas de educación.
No se admite spam y contenidos publicitarios (serán eliminados)
Por el hecho de comentar aceptas nuestra política de privacidad (ver en apartado política de privacidad y aviso legal) y dando consentimiento explícito a que figuren aquí los datos con los que firmes o te registres (recuerda que puedes hacerlo con tu perfil blogger, nombre y URL o en modo anónimo; no es necesario email)
Si no quieres dar consentimiento, no comentes. Si tienes dudas, visita la política de privacidad.
Responsable de los datos: Vicente Camarasa (contacto correo en la parte superior derecha del blog).
Finalidad: moderar los comentarios.
Legitimación: consentimiento del usuario
Destinatarios: el sistema de comentarios de Blogger.
Derechos del usuario: acceder, rectificar, limitar y suprimir datos (si los hubiera)