En mi pueblo «boom» también significaba «alardear» y «mentir». A los niños fanfarrones y mentirosos les llamaban «booms».
Esta es mi primera incursión en este escritor tan alabado (por su manera de narrar, por su realismo mágico dentro del mundo, ya de por sí mágico, de la cultura china, por sus complejidades espacio temporales heredadas de Faulkner en donde nos cuenta una misma historia desde sus orígenes temporales disfentes que terminan por converger) como criticado (por su cercanía al sistema político del comunismo chino que, tal vez, se vio sancionado por el premio Nobel)
Realmente, aún estoy un poco confundido, pues me ha fascinado su forma de narrar (aunque una cierta economía de palabras redundaría en la mejora de sus historias), especialmente a ese universo casi onírico de la China rural en donde la carne se ha convertido en un verdadero dios, con el protagonista (y voz principal del relato) como su verdadero y único sacerdote, primero como directivo de una gigantesca fábrica de carne, luego en un propio templo edificado en su honor.
Un lugar de pasiones, corruptelas y odios sin fin que hablan de los sistemas de poder y control (desde la familia a las relaciones laborales o el vasallaje a los poderosos locales) y, a la vez, de las necesidades y sentimientos humanos que frustran. (En este punto podría tratarse de una metáfora, muy muy oscura, sobre el mundo chino, sus corrupciones y miserias)
Por otra parte, algunos pasajes me han parecido o confusos respecto al resto o simplemente prescindibles, pues es el problema de realismo mágico: hay que atarlo muy fijo para que no se escape y sólo pueda dar pequeños brincos sobre la realidad, interactuando constantemente sobre ella. Si se le deja andar y vagabundear todo termina por perder sentido (que es lo que me ha ocurrido en algunos momentos de la novela).
No sé, tal vez sea simplemente una imposibilidad propia
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar en este blog. Tus sugerencias serán siempre bienvenidas.
No olvides que si publicas un comentario estás aceptando algunas normas.
Por favor, sé respetuoso en tus palabras. Por supuesto puedes estar en desacuerdo con lo dicho en este blog, y también criticarlo, pero guardando las normas básicas de educación.
No se admite spam y contenidos publicitarios (serán eliminados)
Por el hecho de comentar aceptas nuestra política de privacidad (ver en apartado política de privacidad y aviso legal) y dando consentimiento explícito a que figuren aquí los datos con los que firmes o te registres (recuerda que puedes hacerlo con tu perfil blogger, nombre y URL o en modo anónimo; no es necesario email)
Si no quieres dar consentimiento, no comentes. Si tienes dudas, visita la política de privacidad.
Responsable de los datos: Vicente Camarasa (contacto correo en la parte superior derecha del blog).
Finalidad: moderar los comentarios.
Legitimación: consentimiento del usuario
Destinatarios: el sistema de comentarios de Blogger.
Derechos del usuario: acceder, rectificar, limitar y suprimir datos (si los hubiera)