Una reflexión abrupta sobre lo que es la realidad y la posibilidad (tantísimos años antes de Matrix) de estar viviendo en una pura alucinación creada por nosotros mismos o por algo exterior...
Ese exterior, una inteligencia no antropomórfica, un mar infinito, venenoso y lleno de extraños fenómenos.
La novela realmente es toda una reflexión sobre los límites y posibilidades de la ciencia (la solaristica) y hasta el propio lenguaje cuando se han de enfrentar con algo que el hombre no puede comprender ni manejar, pues desconoce los fines, las necesidades o (si los hubiera) los sentimientos y emociones de aquel mar que se adentra en sus mentes y, como Goya, produce monstruos desde su interior.
Un libro magnífico que tiene algo de Borges con sus múltiples libros que parecen que hablaran de Solaris cuando solo son proyecciones de las soberbias y miedos de sus propios autores (igual que la buena ciencia ficción que habla siempre de nuestro propio presente como forjador de futuros)
Tan inquietante como provocadora.
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