lunes, 1 de septiembre de 2014

ACERCA DE LA MONARQUÍA

Todos los años, a final de curso, me gusta invitar a algún alumno a que publique un artículo de opinión en este blog.
Una pequeña forma de reconocimiento para aquellos alumnos que van más allá de la pura nota y se han distinguido por sus inquietudes, por su actitud crítica, por su pasión por la asignatura.
Este año la alumna invitada es Paula Sancho (IES Miguel Delibes en Mejorada del Campo), una "científica" con alma de letras, inteligente, crítica pero sensible, modesta y siempre dispuesta a ayudar a los demás.
Ha sido todo un honor (y una gozada) haberte podido dar clase, Paula

Atendiendo a la actualidad española, los problemas e inquietudes que se viven en nuestro país, dedicaré este artículo a una de las cuestiones o temas más planteados en este último tiempo: la monarquía, en su vertiente histórica, internacional y actual.
La Monarquía ha sido un modo predominante en la forma de Gobierno, o de máxima organización del poder político en España, en sus diferentes concepciones o modalidades. Lo que hace que la historia política e institucional de España sea la de su Monarquía.  
Partiendo de la base de que la monarquía es un sistema de gobierno en el cual el jefe del estado no es elegido de manera democrática, a menudo es un cargo hereditario, es importante establecer de forma clara que existen distintos tipos de monarquías: la monarquía absoluta, aquella en la que la figura representante, el monarca, rey, emperador o zar ejerce el poder sin ningún tipo de restricciones y en todos los términos, en algunos casos tiene un gran poder espiritual, la monarquía absoluta de origen divino. Esta organización estatal era la elegida en el Antiguo Régimen, en la Rusia Zarista y como ejemplo actual, Corea del norte. 
La monarquía semiconstitucional, en ella el monarca aun conserva poderes ejecutivos significativos, pero el jefe de Gobierno sigue siendo el primer ministro; su evolución es diferente en cada Estado, sin embargo, tenemos el ejemplo de los monarcas de los países árabes, quienes siguen ostentando casi todo el poder en sus manos.
La monarquía constitucional, en la cual el monarca es el jefe del estado con poderes limitados, meramente simbólicos, ya que el poder legislativo, ejecutivo y judicial se reparte entre las diferentes instituciones del país. Esta es la monarquía más dada en la actualidad, debido a que representa mayor libertad al pueblo.
Con la mirada puesta en el presente de España, comprobamos que la organización estatal viene dada por una monarquía constitucional o parlamentaria. Un debate frecuente es el que enfrenta a la monarquía con la república. Lo cierto es que tienen la misma base, excepto por el hecho de que el jefe del estado no es escogido de manera democrática. Respeto profundamente todo tipo de opiniones a razón de este tema, y dicho esto me dispondré a explicar la mía. 
Me encuentro en una situación en la cual yo, como joven, no veo más que manifestaciones y huelgas para pedir el derecho a decidir del pueblo. La verdad es que me parece razonable, y lo apoyaría si no pensara que la monarquía, aun no siendo elegida por el pueblo, es beneficiosa para este. En el modelo estatal español, el Rey es una figura representante y simbólica que da respeto, seriedad y lo más importante, estabilidad al país tanto nacional, como internacionalmente. Una figura que no se relaciona con ningún partido político, que simplemente está ahí, ejerciendo una función indispensable. A mi parecer, si el jefe del Estado se pudiera elegir, provocaría cambios e inestabilidad, al ser permutado cada cierto tiempo. Pienso que este cargo no debe estar relacionado con la política, ya que de esta ya se encarga el Gobierno y el parlamento.

Dicho esto, quería terminar mi exposición dando las gracias a Su Majestad Don Juan Carlos, por su papel ejemplar durante su reinado, y especialmente en la transición,  sin el cual no habríamos llegado al punto donde nos encontramos, la democracia.

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