“La Antigüedad se expresa en rollos (…) El rollo no favorece mucho la lectura silenciosa. Aunque sepan leer y escribir perfectamente, los poderosos y los sabios dela Antigüedad tienen la costumbre de que les digan los textos (…) Igualmente, casi siempre, prefieren dictar.
Desde finales del siglo IV, el libro-códice favorece la lectura personal, incluso si la lectura silenciosa no se generaliza hasta el siglo XIII. Hasta el momento, hay que imaginarse a los lectores, incluso solitarios, murmurando los textos o, por lo menos, moviendo los labios (…)
(Esta lectura silenciosa) supone una profunda modificación de la memoria, ya que el empleo del códice y el desarrollo de los márgenes permiten un juego de localizaciones. Es cierto que la Antigüedad conocía los márgenes o las glosas, pero faltaba un espacio que se pudiera administrar de forma racional.
(…)
La reforma de la escritura durante el reinado de Carlomagno, constituye un momento fundamental. Alrededor del año 800, los scriptoria imponen el dominio de la letra pequeñacaligráfica; la minúscula carolina (…) Sabemos que en la Antigüedad, en las epigrafías sobre todo, se favorecía el uso de la mayúscula, claramente legible, aunque necesariamente más esquemática.
Esta carolina responde a la exigencia religiosa y política: Carlomagno y su entorno quieren una edición fiable, uniformizada, de los antiguos manuscritos (….)
El Importante hito de los siglo XII y XIII: la carolina desaparece. La escritura se vuelve irregular, personalizada, con un sistema de abreviaturas. Es la prueba de que se escribe rápido y se reproduce la palabra del natural. En lo sucesivo, habrá estudiantes numerosos y maestros. Están los que anotan y los que tienen la autoridad para dirigirse al público. La rapidez de la escritura permite fijar el movimiento del pensamiento, las instituciones, las variaciones. (…) Es la época de la cursiva".
Le Goff, J En Busca de la Edad Media. Paidós 2003
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