lunes, 7 de noviembre de 2011

LA CASA ENCANTADA. Un cuento de terror

Tomado de pescailla94

23 de Diciembre de 1.966 una familia compró una casa en Boston. Era una familia muy unida aunque últimamente se estaban distanciando un poco.

Eran cuatro en total: Mady, la mujer; Jarry, el marido, y los dos hijos, Paúl y Sheila.

Dos meses después de llegar a la casa e instalarse, el hijo mayor ( Paúl ) y su hermana Sheila ya sospechaban que esa casa era extraña… por las noches se oían voces y gritos de gente, aunque sus padres no se daban cuenta de nada y no creían a sus dos hijos.

Días después Paúl y Sheila, cuando sus padres se fueron a trabajar y se quedaron solos, bajaron al desván, porque de ahí venían siempre los gritos y los ruidos extraños. Estuvieron observando todo y buscando algo que les ayudara a demostrar que algo estaba pasando en esa casa.

Fue mucho tiempo, pero al final lo encontraron: era un diario de una niña hacía 60 años. Lo leyeron y decía:

2 de Septiembre de 1.906

Querido diario:

Estoy muy asustada, ya sólo quedamos mi madre, mi hermana, mi perro y yo. Todas estamos muy asustadas, los vecinos no nos quieren ayudar porque dicen que tenemos el mal detrás de nosotras. Y tienen razón, mi madre está en shock y no come, ni habla. . .

Lo único que queremos es que nos deje en paz, pero no quiere, no se quiere ir y no va a parar hasta que nos mate también a nosotras, como hizo con mi padre y mis dos hermanos mayores.

Por la noche, me viene a visitar a mi cuarto, le pido que se vaya, que me deje en paz, pero me dice que no, que me quiere a mí, que soy especial y que mi deber es estar con él. No sé qué pasará mañana, tampoco sé si llegaré a despertar..

Margaret Dubry.

Los niños se quedaron petrificados, sin decir nada, tan solo mirándose de reojo. Sabían que lo que habían leído era real y justo todo pasó en la misma casa donde vivían ahora.

Paúl y Sheila cogieron el diario y una hojas que había junto él, y se fueron corriendo a su habitación. Cuando llegaron, cerraron la puerta con llave y abrieron el diario por la última página.

Decía…:

5 de Septiembre de 1906

Querido diario:

Estoy sola, ya no tengo a nadie, se les ha llevado con él. Me dijo que las cuidaría y que dentro de muy poco yo iba a estar con ellas.

No paro de llorar. . .

Las echo de menos, siempre le pregunto que por qué a mí, que por qué yo, que qué quiere de mí, y él siempre me contesta lo mismo, que soy especial y que tengo que estar con él. Cuando le digo que se vaya y que me deje en paz, se enfada mucho, me empieza a tirar cosas y me hace daño y me grita para que me calle.

Margaret Dubry.

Ya en ese momento, los dos hermanos no podían dejar de leer…

6 de Septiembre de 1.906

Querido diario:

Me despido, ha llegado mi hora, o al menos eso me ha dicho é. Me ha dejado que escriba mi última hoja de mi diario. Esta mañana, mi madre me dejó un mensaje en la pared y techo de mi habitación:

Cariño, no tengas miedo, pronto estaremos juntas, tu hermana está aquí y dice que seas fuerte, que no te engañe y que corras fuera de la casa.

Pero yo no podía, ya me había encerrado en casa y me ha prometido que no me … dolerá, que no sufriré y no me daré cuenta…, que cuando quiera darme cuenta estaré con vosotras, ..

Pero ya no puedo escribir más. Está aquí, a mi lado y me está mirando, creo que ya me voy, se está enfadando…

Adiós...

Margaret Dubry.

Los dos hermanos no daban crédito a lo que leían, estaban más asustados que nunca. Ahora ya sabían que corrían peligro y cuando llegaron sus padres del trabajo se lo explicaron todo y les dieron el diario,

Sin embargo ellos dijeron que seguramente sería una broma de los antiguos inquilinos de la casa, y que no se preocuparan. Pero Paúl y Sheila no eran tontos, sabían que algo estaba pasando en la casa, siempre notaban alguna presencia extraña y como si les observara algo o alguien.

A la mañana siguiente, cuando Mady y Jarry se fueron al trabajo, Paúl y Sheila se encerraron en la habitación otra vez, y sacaron los dibujos que encontraron en el desván la mañana anterior. Todas las hojas estaban como arrancadas de un blog.

Paúl y Sheila revisaron los dibujos y todos estaban pintados de negro, menos uno. Era una casa que debía de ser la suya. Una casa y, enfrente , una sombra negra y grande, al lado de la ventana del piso de arriba,

Sheila estaba asustada y se levantó de la cama y en un descuido se la cayeron al suelo todos los dibujos, Paúl la ayudó a recogerlos y vieron que detrás de los dibujos había algo escrito en todas las hojas.:

La oscuridad se apoderará de ti, no importa lo mucho que corras, no te escaparás de él

En todos los dibujos ponían lo mismo, ahora si que estaban asustados. No sabían qué hacer, tampoco qué decir, ni que pensar. Lo único que querían los dos era salir de esa casa para siempre.

Luego, por las noches, una niña gritaba

¡ Ayúdame, ayúdame, por favor ! ¡ No me deja en paz !


Beatriz García Ortega. 2º ESO G, IES Los Olivos, Mejorada del Campo, Madrid

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