El paso de la infancia a la juventud que son muchos pasos juntos.
El paso del universo infantil del bar de los padres en donde ella reina al colegio privado en donde comienza a entender qué significa la clase social y el privilegio.
El sexo, mediatizado por el desconocimiento pero también por la religión que lo convierte en algo sucio, que se mezcla con el estigma de clase, convirtiéndola en una perdedora que casi tuviera la obligación de fracasar.
La protagonista se mueve entre el odio hacia sus nuevas compañeras (pues nunca podrá ni querrá ser como ellas) y a sus propios padres que son la imagen de lo que ya no querrá ser. Su pobreza sencilla, las manchas, los hules, la sencillez, su cutrerío ...
Ella está en tránsito y ya no es realmente de ningún sitio, ni niña ni mujer, ni pobre ni rica, y no sabe muy bien dónde le gustaría estar.
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