Sam Cooke, Ray Charles, Ottis Redding y James Brown suelen considerarse los pioneros de este tipo de música que comienzan (a finales de los 50) a fundir el jazz con el góspel, el blues y el R&B para crear un música rítmica en donde se unen voces (a veces melódicas, a veces totalmente desgarradas) con un ritmo de tres por cuatro de intensa orquestación y ritmo marcado a base de baterías, palmas o juegos de pregunta respuesta entre el solista y los coros.
Esta música, esencialmente negra, pronto tomó un cariz político y se entremezcló con la lucha de los derechos civiles, dándole un carácter de conciencia social de la comunidad afroamericana (en las famosas marchas que protagonizara Martin Luther King las cabeceras solían llevar música de James Brown)
Era una música racial (como se etiquetaba entonces) que tienen en la raza y en la pobreza económica y su desgarro los puntos básicos de anclaje que sólo lentamente conseguirá introducirse en el público blanco.
En su desarrollo fueron fundamentales los nuevos sellos, Atlantic, Stax, Hi, King, Abc o la famosa Motow que creó todo un rico sonido lleno de sugerencias.
Especialmente serán dos los grandes sellos que crearán, además, dos modelos muy distintos de soul. Stax y el profundo sur, mucho menos orquestado y cercanos a las raíces del soul en donde las voces cobran una especial importancia por su desgarro (Ottis, más tarde Aretha), frente a una versión más blanca, rica en sonidos y más cercanas a las corrientes pop de Motow (Marvin Gate, Supremes, Steve Wonder) y los experimentos de Phil Spector y el muro de sonido
Será unos de los propios creadores del soul (James Brow) uno de sus iniciadores.
El soul conocerá un segundo renacimiento en los años ochenta, ya por medio de sus propios representantes como por la influencia en la música tecno-pop que triunfará en este momento.
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