Sólo hace falta escuchar esta famosa canción Can't take my eyes off you para ver la evolución entre ambos estilos.
Mientras la original es puro soul en donde la percusión acompaña, en la segunda dirige al aumentar de potencia (y se multiplica) controlando el fraseo, especialmente en las estrofas (frente al soul que navega sobre la batería como dos caminos unidos pero con expresión propia).
Algo semejante ocurre con los arreglos musicales de de piano, metal o cuerda, profundamente melódicos y colocados en segundo plano frente al muro de sonido de la música disco que tiende a tapar todos los huecos, creando un lugar lleno de sonidos y melodías subyacentes.
Aunque en ambas observamos la interpolación de pasajes instrumentales y vocales, en la música disco el ritmo se unifica por medio de la percusión y se acelera más en el estribillo y las partes instrumentales, dirigido en sus subidas por los metales (ya sea en formas sincopadas o alargadas), vinculándose las secciones a través suyo.
En su zona central (puramente instrumental) se produce (en la música disco) un juego de subidas y bajadas en el ritmo, con pasajes diferentes unidos por los instrumentos (los maxis discotequeros utilizaban este motivo para alargar la duración del tema y permitir mezclas y cambios de discos sin que se perdiera el fuir del ritmo)
Pasamos de una experiencia melódica (y sentimental) a otra mucho más emocional y cinestésica que busca crear una experiencia sensorial que se sobrepone al mensaje romántico.
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