Las operaciones militares
Como advierte Makelafis la guerra se distinguió por un rasgo
característico, la sempiterna posición a la defensiva de la República frente a un
ejército nacional poco audaz y con frecuentes errores estratégicos (acaso para
alargar indefinidamente la guerra para empezar desde 0).
.
La primera
fase de la guerra se desarrolla entre el verano de
1936 y la primavera de 1937 a través de columnas. El Bando
nacional se estructura en torno a dos ejércitos, el del norte, comandado por
Mola, con sede en Burgos, y el del sur, con sede en Sevilla, al frente del cual
estaba Franco. Junto a algunas acciones esporádicas (ataque de la columna
Alonso Vega al País Vasco, tomando Irún) la estrategia nacional es clara: tomar
la capital. Para ello Mola envía
desde el norte la columna García Escámez, que encuentra una feroz resistencia
en Somosierra y Guadarrama. Desde el Sur Franco organiza las
columnas que suben por la frontera portuguesa (con apoyo claro del país vecino
y aviación italiana) tomando Mérida y Badajoz, en donde se producirá una de las
primeras purgas de la guerra. Avanzando por Talavera, Franco decide desviar el ataque hacia Toledo por motivos propagandísticos
(Domínguez
Ortiz) liberando a los resistentes del Alcázar de Toledo.
El Alcázar de Toledo
Las columnas republicanas tienen menos éxito, dada
su desorganización. Destacan las que recuperan Albacete
y las Ascaso y Durruti que, desde
Barcelona, intentan tomar sin
éxito las capitales aragonesas. En julio del 1936, el PCE toma la iniciativa de crear el Quinto
Regimiento bajo la dirección de Líster que será la base del ejército
regular republicano.
Batalla del Jarama, junto a Rivas
El otoño y el
invierno de 1936-37 se desarrolla la batalla de Madrid. Las tropas combinadas de Franco y Mola intentarán
repetidamente atacar la capital desde la sierra norte (Batalla de la Carretera de la Coruña) y cortar sus comunicaciones
con Valencia (batalla del Jarama) o
Barcelona (batalla de Guadalajara en
donde intervienen tropas italianas que son derrotadas por el ejército
republicano y las Brigadas Internacionales). Pese a la huida del gobierno a
Valencia se forja en estos meses el espíritu del No pasarán
La segunda
fase va de marzo a octubre de 1937. Ante la imposibilidad
de tomar Madrid, los nacionales se concentran en acabar con el frente del
cantábrico, zona aislada de la República rica en minería y siderurgia. Se
producen entonces los primeros bombardeos masivos sobre población civil que
luego serán habituales en la II Guerra Mundial, practicados por la Legión
Cóndor sobre Guernica y Durango,
tras lo que termina cayendo Bilbao. Los republicanos intentan la distracción
con batallas como las de Brunete y Belchite, para aliviar la
presión sobre el frente del norte. Fracasadas las mismas cae Santander y
Gijón.
Una tercera
fase entre el invierno de 1937 y la primavera de 1938
en la que se desarrollan la Batalla de Teruel y la marcha a Levante.
Los republicanos (ante un ataque inminente a Madrid por parte de Franco)
centran el grueso de sus tropas y tratan de tomar Teruel. Será una batalla de
desgaste, donde los republicanos (en unas condiciones atmosféricas sumamente
duras) llegaron a tomar la ciudad, pero tuvieron que acabar cediendo (batalla
de Alfama). Después de retirarse de Teruel hay una rápida ofensiva nacional que
hace caer las defensas catalanas en marzo de 1938 y el territorio
republicano es dividido en dos cuando los nacionales llegan hasta el
Mediterráneo con la toma de Vinaroz, que separa Cataluña del resto de la
zona republicana.
La cuarta
fase, entre julio y octubre de 1938, los
republicanos intentan unir sus dos zonas y prolongar la guerra para enlazar con
la inminente contienda mundial. Es la Batalla
del Ebro, que resulta posible gracias al material y apoyo francés. Sus
esperanzas se ven frustradas tras el Pacto de Münich y la
imposibilidad de doblegar al ejército nacional, con mayor capacidad artillera y
aérea en este frente que muy pronto se bloquea, convirtiéndose en una batalla
de posiciones. Su derrota significa un verdadero vuelco en la guerra,
siendo cuestión de tiempo la victoria nacional.
La quinta
y última fase, entre diciembre de
1938 y enero de 1939, Yagüe, Moscardó y
Muñoz Grandes se lanzan sobre Cataluña, aislada por buques italianos. Tarragona
es tomada el 14 de enero y doce días después cae Barcelona sin mayor
resistencia.
El gobierno republicano se traslada a Gerona y más
tarde cruza la frontera en un éxodo masivo de combatientes, camiones repletos
de obras maestras del Prado y población civil.
A partir de aquí los distintos frentes
republicanos se van a ir descomponiendo y el ejército nacional simplemente
avanza, sin apenas combates. El golpe final a la república lo da el coronel Casado,
enemigo de los comunistas, que hace huir a Negrín, y entrega todo el
ejército del centro sin combatir. La entrada Madrid es un simple paseo
militar, y a continuación el resto de las zonas republicanas de Levante. El 1
de abril se dicta el último parte de guerra, quedando oficialmente acabada
la guerra.
Un vídeo para repasar
TODOS NUESTROS POST SOBRE LA GUERRA CIVIL
Me llama la atención que tanto en este relato como en muchos otros sobre la Guerra Civil no tenga cabida en ninguna de las fases, y tampoco en los distintos éxodos a Francia la repercusión que tuvo la pérdida de Málaga sin apenas resistencia y la masacre que tuvo lugar en la carretera de málaga a Almeria: la Desbandá.
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