Brecht, exiliado ya en Dinamarca, escribió uno de los documentos más estremecedores del III Reich.
Se trata de una multitud de escenas teatrales de pequeña extensión e independientes entre sí en el que se muestra la vida cotidiana de la Alemania nazi de los 30.
En ella los personajes anónimos de las clases medias y bajas nos van revelando el clima de miedo y suspicacia que reina en Alemania, lleno de delaciones, antisemitismo, censura (la más terrible, la autoinflingida), desconfianzas, violencia indiscriminada... que llevan a convertir la vida en un infierno en donde el propio hijo menor (acaso) te pueda traicionar.
En ellos conviven padres de familia con miembros de la SA, prisioneros de los primeros campos (Al servicio de pueblo) , jueces obligados a prevaricar para salvar sus vidas (La busca del derecho), apaleados (La enfermedad profesional), científicos que tienen que "volver a matar" a Einstein por ser judío (Los Físicos), matrimonios destrozados por la raza (La mujer judía), amigos abandonados por ser sospechosos al régimen (El Chivato), el hambre y la política (Los zapatos negros), los que trabajan para el servicio voluntario de trabajo, la propaganda oficial en las fábricas (La hora del obrero), los muertos que jamás se investigan (El cajón), las miserias del socorro de invierno, las falsificaciones del régimen en la propia economía (Dos panaderos)...
Todo un catálogo de pequeñas miserias y terrores que asfixio a la población alemana con el único fin de vanagloriar a un líder y un régimen que quería apoderarse del mundo
La sencillez de sus diálogos, su pequeña extensión y su fuerte carga crítica son elementos perfectos para que puedan ser utilizados en clase para crear pequeñas representaciones (o simplemente leer) que sirvan para reflexionar sobre este periodo histórico y ver en carne y hueso las múltiples consecuencias, terrores e indignidades que provocan las dictaduras más allá de lo puramente militar.
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