Son recibidos como principios religiosos, con toda la intensidad pasional que caracteriza a los objetos de fe, y cuestionarlos no es un tema de imprecisiones científicas, sino de lo que llamamos ahora corrección política, y una vez llamamos herejía. Defender esta postura moral trascendente en relación al racismo no es más racional que suscribirte a la doctrina del pecado original, de la cual es el sustituto moderno sin ninguna duda. La diferencia, por supuesto, es que el “pecado original” es una doctrina tradiciones, a la que se suscribe un conjunto social en batalla, el cual está significativamente poco representado entre intelectuales públicos y figuras mediáticas. No solo eso, es profundamente obsoleto en la cultura mundial dominante y altamente criticado, sino ridiculizado, sin ninguna suposición de que el crítico está abogando por la lógica
La tolerancia ha progresado a tal grado que se ha convertido en una función policial-social, dando el pretexto existencial para las nuevas instituciones inquisitoriales (“Debemos recordar que aquellos que toleran la intolerancia abusan de la tolerancia en sí, y el enemigo de la tolerancia es el enemigo de la democracia” Moldbug ironiza).
¿Qué es lo que hace que el asesinato o el asalto sea peor si la motivación se atribuye a “odio”? Dos factores son especialmente prominentes, y ninguno tiene una conexión obvia a las normas legales comunes. Primero, el crimen se carga de un elemento ideológico o hasta espiritual, confirmando no solo la violación de la conducta civilizada, sino también su intención herética. Esto facilita la completa abstracción del odio de la criminalidad, donde toma la forma del “discurso del odio” o simplemente “odio” (el cual siempre se contrasta con la “pasión”, “indignación” o la “ira” moralista representada por el lenguaje crítico, controversial o simplemente abusivo dirigido hacia grupos no protegidos, categorías sociales, o individuos) El “odio” es una ofensa en contra de la Catedral en sí, una negación de su guía espiritual, y un acto mental de rebeldía en contra del destino manifiestamente religioso del mundo.
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Un multiculturalismo asertivo de un suave totalitarismo democrático.
Para saber mucho más de la Ilustración oscura. Nick Land