viernes, 10 de diciembre de 2010

LA SOCIEDAD DEL SIGLO DE ORO (1) LA SOCIEDAD ESTAMENTAL



Tomado de http://historia2.blog.com.es

Como ya sabéis la sociedad del Siglo de oro era estamental, o dicho de otro modo, la posición de cada persona dependía de su nacimiento. Se creaban así dos grandes estamentos: el de privilegiados (rey y familia real, nobles y alto clero) y el de los no privilegiados (bajo clero, burguesía, campesinos y pueblo llano)

Esta sociedad era sumamente desigualdad, con leyes, derechos y deberes diferenciados para cada estamento.

El origen de este modelo es medieval y ya en este blog publicamos uno de los textos claves para ver su creación, escrito por Adalberón de Laon.

Curiosamente (al contrario de lo que sucederá en el siglo siguiente, con la Ilustración) no existe ningún tipo de crítica contra este modelo debido a varias causas. Por una parte (como es lógico) era apoyada por los privilegiados a los que se intenta emular (especialmente a la nobleza).

Por otra, las dos voces que educan a la sociedad (la iglesia y el arte y literatura) siguen defendiéndola. No debemos olvidar el papel que seguía teniendo la religión en las conciencias de los hombres. Y es a través de esta religión (expresado por medio de sermones, celebraciones públicas o el propio arte religioso) como se defienden los valores de los estamentos, al ser instituidos directamente por Dios.

En cuanto a los literatos, también defenderán estas ideas en sus poemas, novelas y (especialmente) obras teatrales. Y es que su situación económica no es nada del otro mundo, y normalmente los escritores se encontrarán vinculados a la religión (Tirso de Molina, Calderón, Lope) o serán secretarios de grandes nobles (Cervantes, Quevedo, Góngora, de nuevo Lope).

Aún más. La sociedad estamental se concibe en este siglo como una forma de orden y continuidad que hay que conservar bajo cualquier método, desde la propaganda al miedo provocado por la Inquisición o la propia presión grupal.

Pues el mundo se concibe (de forma neoplatónica) como un reflejo del superior celestial (jerarquizado, igual que ocurre en las categorías de ángeles), una especie de puzzle en donde cada pieza debe situarse en un lugar determinado para el encaje perfecto del conjunto. Ese mismo puesto da a cada persona el marco de relaciones y las distintas oportunidades en donde habrá de moverse.

Así es como lo veía el historiador Luis Cabrera de Córdoba en 1619

Porque crió Dios arquitecto y perfectísimo todas las criaturas en justos peso y medida y consta la hermosura sensible de conveniencia, concordia y proporción de las partes con el todo y de ellas entre sí, haciendo inferir que es hermoso el mundo y creer tienen todas las cosas tan cierta y determinada magnitud que si de esta máquina se quitase una estrella o parte o se añadiese, se deformaría el compuesto y belleza, porque se hizo con acuerdo en el número y peso que acordó el fabricador y en la proporción que tenía su divina traza


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