«Después de las diez de la noche no es divertido pasearse por la ciudad, tanto que después de esa hora oís volar orinales y vaciar la porquería por todas partes»
Lamberto Wyts en 1572.
Pues ya sabéis que en el Madrid de Felipe IV no existían ni cuartos de baño ni cloacas y todas las aguas mayores y menores se hacían en un orinal que se vaciaba por las noches, tras gritar esta frase.
Así ocurrirá en Madrid hasta el siglo XVIII, cuando el pensamiento ilustrado de Carlos III hizo construir cañerías para las aguas sucias.
En cuanto a los transeúntes, tampoco lo tenían muy fácil, y era muy habitual que se utilizaran esquinas y portales para hacer sus necesidades, frente a lo cual también era habitual colocar cruces en las zonas más apartadas para disuadir a los transeúntes
Como podéis imaginar este agua va junto a otras faltas de higiene serán un caldo de cultivo perfecto para la propagación de enfermedades contagiosas que se convertirían en verdaderas epidemias, como la famosa peste negra
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