Magnífico. Junto a Baricco lo mejor que he podido leer este
verano.
Cuando lo compré lo hice atraido por el tema. En una
entrevista radiofónica a Cercas, éste hablaba de los terribles 80 que dejaron
por el camino toda una generación de jóvenes, enredados en la heroína y la
delincuencia.
Y efectivamente, la primera parte de la novela habla de
ellos, del famoso Zarcos, un Vaquilla redivivo.
Pero el libro es mucho más y esto es una pura anécdota. Es
una maravillosa historia de más de 30 años de amor, desamor e incomprensiones
entre el Gafitas y Tere. Una historia de tres décadas de admiraciones, odios, medias
palabras y terribles acciones entre el Gafitas y el Zarcos. Una historia de
adolescentes malditos que a veces se piensan héroes o simplemente sobreviven
que se alarga en el tiempo para recobrarse en la edad madura, cuando
(aparentemente) el éxito y el fracaso se han dado la vuelta pero que, en fondo,
se mantienen las sumisiones y las admiraciones, el amor y los malentendidos.
Dice la entradilla del libro que Cercas consigue una prosa
como si las cosas estuvieran bajo el agua, aparentemente transparentes pero
llenas de recovecos, de segundas intenciones, de actos mil veces interpretados.
Es totalmente cierto. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba de esta manera con
una historia en donde todo parece evidente hasta que descubres que no lo es.
Con unos personajes increíblemente dibujados y unas
relaciones que se mueven siempre en los territorios ambiguos de las palabras
nunca terminadas de decir, la novela progresa cada vez más, dándonos nuevas
facetas de estos personajes (tanto en su evolución en el tiempo como en su
manejo de la memoria), enganchando al lector sin otra posibilidad que seguir
adelante para encontrarse con un final que, pareciendo previsible, a mi me
resultó verdaderamente apoteósico.
Y es que las personas tenemos miles de fondos, la mayoría
desconocidos, sobre todo por nosotros mismos
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