Poeta, dramaturgo, cineasta, amigo de pintores, músicos y bailarines, polemista... es una figura que se mueve en los márgenes tanto artísticos como morales de las vanguardias.
Estas cartas nos permiten conocer al Cocteau joven, aquel que no logra superar sus exámenes de bachillerato, el amigo de Stravinsky o Picasso post-cubista. Con un estilo fascinante de frase corta que escribe muchísimo menos de lo que cuenta, es capaz de describir sentimientos y situaciones con un encanto casi sobre-realista, tan objetivo que se convierte en pura poesía.
Especialmente interesantes son las páginas dedicadas a la Primera Guerra Mundial en donde fue movilizado en los servicios sanitarios. Es aquí en donde su peculiar prosa estalla como fuego artificiales y, debajo de su piel de puros acontecimientos, vividos como si los viera en una pantalla, es capaz de provocarnos un escalofrío de pavor (fragmentos sumamente utilizables para nuestras clases).
Justamente tras ellas llega la placidez de Italia que visita en compañía de Picasso y los famosos ballet rusos.