La figura de Santa Teresa de Jesús tiene numerosos perfiles y ya en vida suscitó todo tipo de reacciones que se multiplicaron desde su muerte y canonización, generando numerosas iconografías.
Por un lado tenemos a la Santa Teresa reformadora de la orden del Carmelo (para darle una mayor sobriedad y espiritualidad) en su vertiente descalza, plenamente contrarreformista.
Es una frenética actividad de fundaciones (desde la primitiva de San José de Ávila) para la que utilizó todo su magnetismo personal, involucrando a numerosos estamentos, desde eclesiásticos a burgueses enriquecidos y nobles (como sucedió con la princesa de Éboli) y la ayuda del propio monarca, Felipe II.
Fundaciones de la santa. Convento de la Encarnación. Ávila
Es una frenética actividad de fundaciones (desde la primitiva de San José de Ávila) para la que utilizó todo su magnetismo personal, involucrando a numerosos estamentos, desde eclesiásticos a burgueses enriquecidos y nobles (como sucedió con la princesa de Éboli) y la ayuda del propio monarca, Felipe II.
Convento de las Teresas. Sevilla
La radicalidad de su reforma desembocará en una verdadera guerra civil entre calzados (Papado) y descalzos (Monarquía) que terminará en la prisión de su principal colaborador, San Juan de la Cruz
Otra Santa Teresa, mucho más íntima y discutida a lo largo de su vida es la Teresa mística, aquella que sufre éxtasis y visiones, acercándose peligrosamente al fenómeno de los alumbrados y por lo que fue investigada en varias ocasiones por la Inquisición, intentando desvelar la verdadera mística de las múltiples imposturas que se suceden en el siglo XVI español, como iluminados y alumbrados.
Lugar en donde comenzó la santa su vida religiosa y, al pasar los años, en donde actuará como Priora de la comunidad ya reformada
Otra Santa Teresa, mucho más íntima y discutida a lo largo de su vida es la Teresa mística, aquella que sufre éxtasis y visiones, acercándose peligrosamente al fenómeno de los alumbrados y por lo que fue investigada en varias ocasiones por la Inquisición, intentando desvelar la verdadera mística de las múltiples imposturas que se suceden en el siglo XVI español, como iluminados y alumbrados.
Curiosamente, esta Santa Teresa será mucho más representada fuera de Italia (el famoso éxtasis de Bernini), siendo mucho más habitual en lo español la idea de la visión tranquila.
Visión de Santa Teresa. Ribera
.
Y aún hay una tercera santa, la intelectual y escritora que intentó desmenuzar tanto sus fundaciones como las visiones místicas (por todo este quehacer será nombrada doctora de la Iglesia), siendo muy habitual su representación con la pluma en la mano, presta a escribir
Santa Teresa. Gregorio Fernández
.
Alguno de sus temas y obsesiones serán típicamente contrarreformistas, como la reivindicación de la figura de San José o las ánimas del Purgatorio.
San José y el Niño en la fachada de la primera fundación de Santa Teresa. San José de Ávila
.
Santa Teresa y las ánimas del Purgatorio
.
También terminó por desarrollar un verdadero estilo arquitectónico en sus fundaciones gracias a tracistas sacados de sus propios frailes (como fray Alberto de la madre de Dios)
Convento del Corpus o de las carmelitas de Afuera en Alcalá de Henares. Fray Alberto de la Madre de Dios
Incluso tras su muerte reafirmó un tema tan contrarreformista como el culto a las reliquias como vimos en un artículo dedicado a Alba de Tormes
.
Con su santificación, Santa Teresa será requerida por algunos sectores de la sociedad española (los más progresistas) como nueva patrona, tal y como vimos aquí.
Junto a ella, inevitablemente, aparecerá la figura de su principal seguidor, San Juan de la Cruz, pero también la de San Francisco Javier o la de San Pedro de Alcántara
Una magnífica novela histórica para conocer más a la santa