Un códice de hojas doradas en cuya portada saludan los nuevos reyes y el pequeño Nicolás.
Así comienza esta crónica sobre todos los bajos fondos que se encuentran en las élites de Madrid. Empresarios hijos de , amigos de ; banqueros de tarjetas sin límites, dueños de clubes de fútbol, reyes eméritos y otros en ejercicio, lideresas llena de ranas, constructores, cazadores implacables (también de animales), jóvenes profesionales suficientemente preparados sobre todo si saben a qué árbol hay que acercarse...
Realmente todo está podrido. Como decía Michel Corleone en el Padrino III, cuando más arriba subes más podrido está. Un podredumbre dorada, en edificios de acero y cristal y rodeados de buenas maneras que no consiguen tapar el inmenso olor a alcantarillas que invade todo estos áticos de lujos, estas habitaciones de tapices y tronos, estos palcos gloriosos que flotan sin tiempo ni problemas por encima de la crisis global de la economía.
El códice es magnífico e implacable. Un puñetazo de realidad para los simples mortales que también paseamos Madrid pero nunca tocaremos sus mierdas doradas y glorificadas a no ser que nos convirtamos en ellos.Quién sabe, cualquier día habrá que olvidar los principios y moralidades que nos enseñaron nuestros padres para salir de nuestra cárcel de honesta mediocridad.