Este pequeño libro es toda una joya del amor y su reverso más tenebroso, casi un nuevo collar de la paloma, unos 20 poemas de amor y una canción desesperada que siempre fascinó (su palabra fetiche que nosotros, en su honor tanto utilizamos) al querido Luis.
De hecho, ahora que por desgracia sabemos mucho más de él de lo que creíamos , hay muchos pasajes del libros, subrayados con ansia, que recorren algunas partes de sus historias de amor con Sabrina (y tal vez también, con Sabrina).
Hay incluso algunas pequeñas notas que lo dice todo: "¿Por qué he leído esto tan tarde? Si hubiera sabido los contornos de este tormento, lo nuestro no habría descarrilado, Sabrina"
Gran parte de la obrita está subrayada y llena de flechas y exclamaciones, pues es (suponemos que fue) su historia de amor.
De hecho, Kazantzakis la escribió a los veinte años, recreando su propia historia de amor con la joven profesora irlandesa Katheen Forde de la que se enamoró locamente cuando recibía de ella clases de inglés y en los que le recitaba al oído los poemas de Byron y Keats como erótica pedagogía.
La narración, escrita como un apasionado diario, pasa sin transición de lo sublime a lo carnal, y ella se mezclan besos, tetas, esculturas clásicas y la pura ansia de la totalidad o el espíritu del thanatos siempre presente en eros.
No hay un momento de tregua y la terriblemente espectacular belleza de sus palabras sobrepasa lo puramente literario para entrar en terrenos en donde las palabras juegan como sonidos y juegos, sensaciones y sentimientos que flotan entre los orgasmos y los más profundos miedos.
Una profunda lucha entre los polos extremos del deseo y el amor sublime, del lirio y la serpiente, el espíritu y la pornográfica carne, muy cerca de nuestros queridos simbolistas que tanto nos arrebataron en la juventud.
Luis lo descubrió antes de la cuarta vez con Sabrina, y a menudo aparecen retazos suyos en sus cuadernos azules, no sabemos si como deseos ya cumplidos o puestos a orear, esperando que un viento de locura los hiciera realidad, la más maravillosa de sus tiempos juntos y la destruida y llena de cristales hirientes rotos por los suelos de sus separaciones.